Al gran periodista y admirable escritor Adolfo Febles
Mora, director de la «Gaceta de Tenerife», que con tanto cariño me he
defendido siempre.
Personajes
Africa
Horacio
Maruja
Ramón
Consuelo
Timoteo
Nieves
Luis
Benita
Paco
Condesa
Victoriano
Timoteo
Wistremundo
Eulogio
Jorge
La acción, en un parador. Época actual (1933)
Acto primero
Pieza central de uno de los paradores,
albergues o «refugios» construidos al borde de las carreteras por el
Patronato Nacional de Turismo. En el foro, chimenea de piedra, con
librerías y sendos butacones. En el primer término de cada lateral, un
tresillo con su mesita correspondiente. En las paredes, aparatos de luz,
un teléfono y trazos de colores indicando carreteras, pueblos, fuentes
de gasolina, etc., etc. Una puerta en cada lateral: la de la derecha
(actor), que da acceso al comedor, y la de la izquierda, que conduce al
recibimiento. Son las cinco de la tarde de un día de invierno. La
chimenea, encendida. Época actual.
(Al levantarse el telón, AFRICA, administradora
del «parador», señora como de cincuenta años, que viste con sencillez y
buen gusto, está poniendo nuevos leños en la chimenea, al mismo tiempo
que entra en escena, por la derecha, TIMOTEO, su hermano, sesentón
simpaticote y corriente, que ha sido cochero de casa grande, y se le
nota).
TIMOTEO.—¿Qué, se largó ya la marquesa esa de Sangüesa?
AFRICA.—Hace un momento. ¡Lo que se ha alegrado de verme aquí, al
frente de «parador»! Y no me reconoció al pronto. Ya ves: ella, que hace
treinta años me llamaba a mí la doncella de oro… Lo que yo le dije:
«¡Ay, señora marquesa!… ¡De aquel oro no queda más que esta escoria!».
TIMOTEO.—Vamos, vamos; no hay que tirarse por los suelos, hermana.
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