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etiqueta: Cuento fecha: 28-11-2021


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Cuento Triste

Manuel Gutiérrez Nájera


Cuento


¿Por qué me pides versos? Hace ya tiempo que mi pobre imaginación, como una flor cortada demasiado temprano, quedó en los rizos negros de una espesa cabellera, tan tenebrosa como la noche y como mi alma. ¿Por qué me pides versos? Tú sabes bien que del laúd sin cuerdas no brotan armonías y que del nido abandonado ya no brotan gorjeos. Vino el invierno y desnudó los árboles; se helaron las aguas del río donde bañabas tu pie breve y aquella casa, oculta entre los fresnos, ha oído frases de amor que no pronuciaron nuestros labios y risas que no alegraban nuestras almas. Parece que un amor inmenso nos separa

Yo he corrido tras el amor y tras la gloria como van los niños tras la coqueta mariposa que se burla de la persecución y de sus gritos.

Todas las rosas que encontré tenían espinas, y todos los corazones olvido.

El libro de mi vida tiene una sola página de elicidad, y esa es la tuya.

No me pidas versos. Mi alma es como esos pájaros viejos que no saben cantar y pierden sus plumas una á una, cuando sopla el cierzo de Diciembre.

Hubo un momento en que creí que el amor era absoluto y único. No hay más que un amor en mi alma, como no hay más que un sol en el cielo, decía entonces. Después supe, estudiando astronomía, que los soles son muchos.

Toqué á la puerta de muchos corazones y no me abrieron porque dentro no había nadie.

Yo vuelvo ya de todos los países azules en que florecen las naranjas de color de oro. Estoy enfermo y triste. No creo más que en Dios, en mis padres y en ti. No me pidas versos.

Preciso es, sin embargo, que te hable y te cuente una por una mis tristezas. Por eso voy á escribirte, para que leas mis pobres cartas junto á la ventana, y pienses en el ausente que jamás ha de volver. Las golondrinas vuelven después de larga ausencia, y se refugian en las ramas del pino. La brújula señala siempre el Norte. Mi corazón te busca á ti.


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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Apunte de Economía Política

Silverio Lanza


Cuento


—Y usted, Jesús, ¿qué espera de este Gobierno?

—Yo, nada.

—Ni yo. Entre paréntesis, ¿ha bajado el cuatro?

—Hoy, no.

—¿Y el cinco?

—Bajo ayer.

—Hoy subirá.

—o no: según se presente la cuestión de Africa.

—Pero yo creía, Jesús, que eso no tenía importancia de cierta especie.

—Pues hay algo.

—¡Si yo fuese dueño de Africa...!

—¿Qué haría usted?

—Lo primero allanar...

—Perdone usted que le interrumpa, Don Ignacio. ¿El Banco le merece á usted confianza?

—Completa.

—Pues yo no la tendría.

—¿Qué teme usted?

—¡Quién lo sabe!


* * *


Calle del Bastero, numero 303; casa vieja, anterior á la venida del caciquismo; portal muy grande que termina en un patio, por cuyas paredes trepa la escalera y se extienden los corredores.

Jesús, zapatero remendón, trabaja en su oficio y conversa con Don Ignacio quien, sentado en un banco que oscila, mueve las manos para sostener un cigarro de la Tabacalera, y las descansa sobre el abultado vientre.

Africa llega de la calle. En la acera se ve al 5, Tostón, que venía tras la moza; y en el corredor aparece el 4, Rubiales, que la estaba esperando.

—Buenos días, señor Jesús.

—¡Hola, vecinal

Don Ignacio se pone erguido, señala al busto de la barbiana, y dice:

—Tiene usted un punto en el jersey.

—Haga usted otro.

—¿Qué?

—Que haga usted punto.

—Sabe usted más que Merlín.

—Y más que usted: como que usted no sabe lo antipático que se cría.

—Por ser cosa de usted, me quedo con ella.

—Póngala usted donde la vergüenza para que no se la vea nadie. Conque, adiós Jesús.

—Adiós, vecina.

—Y para la compañía, que soy yo, na.


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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Dame de Coeur

Manuel Gutiérrez Nájera


Cuento


Allá, bajo los altos árboles del Panteón Francés, duerme, la pobrecita de cabellos rubios á quien yo quise durante una semana... ¡todo un siglo!... y se casó con otro.

Muchas veces, cuando, cansado y aburrido del bullicio, escojo para mis paseos vespertinos las calles pintorescas del Panteón, encuentro la delicada urna de mármol en que reposa la que nunca volverá. Ayer me sorprendió la noche en esos sitios. Comenzaba á llover, y un aire helado movía las flores del camposanto. Buscando á toda prisa la salida, di con la tumba de la muertecita. Detúveme un instante, y al mirar las losas humedecidas por la lluvia, dije, con profundísima tristeza:

—¡Pobrecita! ¡Qué frío tendrá en el mármol de su lecho!

Rosa-Thé era, en efecto, tan friolenta como una criolla de la Habana. ¡Cuántas veces me apresuré á echar sobre sus hombros blancos y desnudos, á la salida de algún baile, la capota de pieles! ¡Cuántas veces la vi en un rincón del canapé, escondiendo los brazos, entumecida, bajar los pliegues de un abrigo de lana! ¡Y ahora, allí está, bajo la lápida de mármol que la lluvia moja sin cesar! ¡Pobrecita!


Cuando Rosa-Thé se casó, creyeron sus padres que iba á ser muy dichosa. Yo nunca lo creí; pero reservaba mis opiniones, temeroso de que lo achacaran al despecho. La verdad es que cuando Rosa-Thé se casó, yo había dejado de quererla, por lo menos con la viveza de los primeros días. Sin embargo, nunca nos hace mucha gracia el casamiento de una antigua novia. Es como si nos sacaran una muela.


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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Juan el Organista

Manuel Gutiérrez Nájera


Cuento


I

El valle de la Rambla, desconocido para muchos geógrafos que no saben de la misa la media, es sin disputa uno de los más fértiles, extensos y risueños en que se puede recrear, esparciéndose y dilatándose, el espíritu. No está muy cerca ni muy lejos: tras esos montones que empinan su cresta azul en lontananza, no distante de los volcanes, cuyas perpetuas nieves muerde el sol al romperlas; allí está. En tiempos tampoco remotos, por ese valle transitaban diariamente diligencias y coches de colleras, carros, caballerías, r e cuas, arrieros y humildes indios sucios y descalzos. Hoy el ferrocarril, dando cauce distinto al tráfico de mercancías y á la corriente de viajeros, tiene aislado y como sumido el fértil valle. Las poblaciones, antes visitadas por viajantes de todo género y pelaje, están alicaídas, pobretonas, pero aún con humillos y altiveza, como los ricos que vienen á menos. Restos del anterior encumbramiento, quedan apenas en las mudas calles caserones viejísimos y deslabazados, cuyos patios, caballerizas, corrales y demás amplias dependencias indican á las claras que sirvieron en un tiempo de paraderos ó mesones.


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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

¡Peste de Huesos!

Silverio Lanza


Cuento


Cuando los reyes eran encarnaciones del alma de sus pueblos, ocurrió lo que voy á referir.

Alejandro II, último príncipe de una dinastía que aún no ha reinado en España, vió morir á su padre en un cadalso (es inútil decir que murió por ser liberal), y soporto resignadamente la crueldad con que se le obligo á presenciar la muerte de su padre.

Cumplió el verdugo con encantadora destreza el inapelable fallo de los caballeros que por aquel entonces se ganaban la vida condenando al prójimo con arreglo á la ley de moda, sin perjuicio de cometer ellos los delitos que se castigaban en las leyes antiguas y los que se castigaron en las leyes posteriores.

Cuando el reo concluyo de pagar todos los tributos que impone el Estado, el príncipe examino la cuerda que suspendía el cadáver del rey, y dijo tranquilamente:

—Con esto no contaba Dios.

Por eso Alejandro II, cuando fué monarca, no quiso serlo por derecho divino; tenía miedo á las herejías del cáñamo.

Como es naiural, los revolucionarios gobernaron pésimamente, y se pensó en la restauración.

La mudanza es el placer de la vida; y la Humanidad sería feliz si las variaciones estuvieran regularizadas legalmente. Yo he obedecido á cuatro reyes, dos regentes, dos repúblicas y un gobierno provisional, y todos me han dado un día de esperanza al llegar, un día de dolor al gobernarme y un día de placer cuando se fueron. Lo mismo me ha ocurrido con mis conocidos y con mis amadas. Pero!cuantos sustos en cada mudanza! Dios, en su infinita sabiduría, regularizo los cambios en la Naturaleza; el invierno se marcha alegre porque sabe que ha de volver, y nosotros le recibimos á gusto porque sabemos que se marchara oportunamente. Por eso dije á ustedes que la mudanza es el placer de la vida, y por eso ustedes y yo nos damos el placer de cambiar de asunto.


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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

El Idioma Comercial

Silverio Lanza


Cuento


Fui el sábado á Bolsa para aprovecharme de la baja. Apenas entre, vino hacia mi Fernández.

—¡Amigo D. Silverio! Si llega usted antes de la media ve usted á D. Gaspar. Se nos ha hecho bajista. Me ha dado ordenes de vender á todo trance!trescientas mil pesetas! ¿Se las hago á usted?

Aquella noche recibí en casa la honrosa comunicación de los congresistas de Greatlie, pidiendo mi parecer acerca del idioma comercial. Este asunto es de importancia, aunque los españoles tengamos extraordinaria facilidad para expresarnos en todas las lenguas.

El domingo me hallaba en la Plaza de Toros, en mi delantera de grada, y Veneno comenzó á gritarme desde la contrabarrera:

—Ayer le fui á usted siguiendo en el Banco y no pude alcanzarle. Me dijo Paco, que había usted retirado el deposito de las treinta mil del ala, después llegue al ventanillo cuando usted acababa de presentar al descuento siete mil pesetillas en cupones; y luego estuve en cuentas corrientes esperándole á usted porque tenía usted allí un talón.

Termino la corrida de toros, y al regresar á mi casa, me detuvo en la calle de Sevilla mi cuñado Luis.

—Hola, Silverio. Acabo de separarme de Gutiérrez: dice que le has sacado por cuarenta y dos duros un broche que vale mil quinientos reales.

Afortunadamente, el broche era para mi esposa.

Y, cuando iba á acostarme, dije á mi mujer:

—Voy á contestar á Greatlie.

—Te pasarás la noche estudiando.

No tardo tres minutos.

Y escribí:

Señores Congresistas: á los comerciantes españoles lo mismo nos importa usar la lengua inglesa que la lengua china: lo imprescindible para nosotros es tener la lengua larga.

De ustedes aftmo. s. s. q. b. ss. mm.,


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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

El timo del inglés

Silverio Lanza


Cuento


Solo había una mesa desocupada en el vagón-comedor del tren expreso del Sur. A ella nos acercamos al mismo tiempo otro viajero y yo.

—Usted—le dije en francés, invitándole á que se sentase.

—Usted—me dijo en inglés, haciéndome la misma invitación.

Y nos sentamos ambos.

Se acerco el sirviente, y el inglés pidió once huevos cocidos y agua fresca.

¡Que extravagancia! pensé; y resuelto á aforar al inglés, y convencido de que á los ingleses solo se les coge siguiéndoles, pedí al mozo que me diese la lista de los postres. En ella estaba escrito á mano: «Nueces frescas españolas.»!Inagotable fantasía francesa!

Me trajeron las nueces y observe que los viajeros y los criados nos contemplaban con curiosidad: les pareceríamos dos locos.

El inglés vió las nueces, me miro, y con el indice de su mano derecha señalo al suelo. ¿Qué quería decirme? Supuse que me preguntaba si las nueces eran francesas, y en inglés le dije que eran españolas.

—¿Es usted inglés?

—No, señor; soy español. ¿Y usted?

—Yo soy de la tierra.

Aunque dicha en inglés, esta frase castellana indicaba que aquel sujeto era de la tierra donde estábamos.

—¡Ah! Es usted francés.

—No, señor, soy de la tierra; earth's man.

—Todos somos del polvo y á él volveremos.

—Iremos de encima de la tierra adentro de la tierra.

—Under ground (debajo de tierra) dijo el poeta.

—Necesito hablar con usted.

—Estoy á su disposición.

—¿Cuándo?

—Cuando usted guste.

—Digo que ¿Cuándo iremos debajo de tierra?

—Pues también cuando usted guste—dije con energía, creyendo que iba á proponerme un desafío aquel anciano.

—Yo soy Vault (5), es deber mío decírselo á usted.


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El Verdadero Timo del Entierro

Silverio Lanza


Cuento


La ponderación de fuerzas en el Ayuntamiento de Valdezotes traía pensativos al diputado, á los concejales y á los peores contribuyentes.

Con Riñones ó con Quedito; este era el problema. La solución fué elegir concejal y alcalde al tío Meterio, y nombrar al tío Quedito primer teniente, porque se avino á la solución. Riñones protestó indignado y se sentó á la izquierda.

Emeterio tenía cincuenta fanegas de tierra mala, un par de mulas malas, una casa mala y vieja, una mujer vieja y mala, y un hijo que era lo peor que Emeterio tenia.

La vara de alcalde lleno á la señá Niceta y á Tolico de satisfacción y de orgullo. Emeterio quedó asombrado y temeroso.

Se celebro la toma de posesión, y el día siguiente se hallaba enfermo el señor alcalde. Se llamó al medico de Zarzabronca, é hizo ante la familia y Quedito este diagnostico: «Pulmonía doble infecciosa con atonía del corazón, hipertrofia del hígado y congestión renal. Situación gravísima: conviene que se confiese y reciba los Santos Sacramentos. No se debe perder la esperanza; yo y la Ciencia tenemos recursos.»

Emeterio se quejaba rabiosamente, y Valdezotes se disponía á un caso extraordinario: á enterrar un alcalde. Quedito reunió al Cabildo municipal; hablo de la urgencia; recordó que la caja, los cirios, la música y las coronas estaban á nueve leguas de distancia, y se comisiono al síndico para que, en unión del secretario y de las caballerías necesarias, fuese á la ciudad y se trajese lo preciso para enterrar dignamente al primer alcalde que en Valdezotes moría mandando.

Al amanecer se había Emeterio descargado de los bollos, de las aves, del cordero, de la bebida y de todo lo que había ingerido el día de la toma de posesión. Y satisfecho de si mismo, porque había obrado bien, se durmió tranquilamente.


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Judas

Silverio Lanza


Cuento


(Fotografía del natural)


Dícese que iban por un camino, y en dirección opuesta, un jesuita moreno y un escolapio muy rubio. Es sabido que los jesuitas, desde la primera fundación calasancía, no han cesado de molestar á los escolapios;y sabido es que, entre la gente de iglesia, los odios son recíprocos. Al hallarse próximos, dijo el jesuita:

—Rubio era Judas.

Y contestó el escolapio:

—Eso no es artículo de fe: lo que si es artículo de fe es que Judas era de la Compañía de Jesús.


* * *


Generalmente, nos imaginamos á Judas, rubio, feo, vendiendo por treinta dineros al hijo de María, y ahorcándose después; y todo esto es inexacto. Judas, aunque pareciese rubio, no lo era; porque lo racional en un Judas es que se tiñese el pelo. Judas era hermoso; si hubiese sido feo, enfermo, ó lisiado, hubiera sido melancólico, quizá agresivo, pero nunca traidor; porque los desgraciados, cuando tienen un Jesús que les quiera, jamás le venden. Judas no cobró solamente treinta dineros: eso es una candidez de los modernos eruditos. Judas cobró mucho más; porque en aquellos tiempos la dignidad profesional de los traidores estaba á mayor altura. Judas no fué suicida: á Judas le mando ahorcar Caifás; porque siempre los poderosos han gobernado de la misma manera: explotando la traición y asesinando á los traidores.


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¡Si Todos Fuesen Locos!

Silverio Lanza


Cuento


(Entre un demente y su camarero)

—Banco de España: Diez millones para Pepe.

—¡Vamos, D. Manuel, tome usted la sopa!

—¿La sopa? Yo la pago; he dicho que la pago. Sindicato central de las agrupaciones mineras de la cuenta del Ebro; tres millones de francos inmediatamente, tres mi...

—¡Que se enfría, D. Manuel! ¡Vamos con un poquito!

—llones. Trescientos millones.

—¡Que se enfría, vamos con un poquito!

—¿Un poquito? Mucho, mucho. Banco de Londres: acepte usted mis cheques que son corrientes. En seguida: un millón de libras esterlinas. Para ahora tengo.

—Mire usted que me enfado.

—¿Por qué? ¿Quieres dinero?

—Lo que quiero es que tome usted la sopa.

—¿La sopa? Yo no quiero sopa; yo no como sopa; yo tengo mucho dinero para comer sopa. ¿Qué quieres? ¿Cien millones? ¿En liras? Te los doy á la vista. Sociedad Internacional de...

—¡Que me enfado, D. Manuel! ¡Que me enfado!

—¿Por que no la tomo?

—Pues, ea.

—Pero si te la pago.

—Pues tómela usted.

—Te la pago y no la tomo.

—Eso no está bien.

—¿Y tú has pagado siempre todo, absolutamente todo lo que has tomado?

—No hablemos de eso.

—Contesta y dí la verdad. ¿Has pagado siempre? Contesta la verdad, ó no tomo la sopa. ¿Has pagado siempre lo que has tomado?

—Siempre, no.

—Pues desátame, y te ato.


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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

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