Textos etiquetados como Cuento publicados el 28 de diciembre de 2021 | pág. 3

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etiqueta: Cuento fecha: 28-12-2021


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Otelo Fin de Siècle

Silverio Lanza


Cuento


(ó venganza catalana)


El mérito consiste en arreglarlo todo á gusto de todos.


Sus padres de ella tenían en San Gervasio una quinta de recreo que llamamos torre.

¡Qué recuerdos, Dios mío, qué recuerdos!

Ella era menudita, menudita... Gloria mía, girón de mi alma; me vuelvo loco pensando en tí.

Jugábamos como perro y gato cuando son amigos. Yo era el perro fiel, fornido, vigoroso; la hubiera matado fácilmente. Ella era el gatillo, me llamaba bruto en cuanto la tocaba, y la tocaba siempre con mucho mimo.

Yo dibujaba entonces muy bien; sin inmodestia; hoy tengo fama europea y siempre he trabajado pensando en Narcisa; quizá por eso me han aplaudido. Y ella se casó con un badulaque, un mequetrefe con sangre que no es roja. Y el gatillo ha crecido, se ha ensanchado: es la matrona que veo en sueños, la que debía alegrar mi estudio y ser mi inspiración, mi modelo, mi público y mi critico.

Ayer la vi en la calle de Fernando; iba con su hermano; miré á otra parte y no saludé. Entonces dijo, volviéndose á Antonio: «¡Qué grosero!»

¿Yo grosero? ¿Grosero porque no saludo? Pero, ¿con qué cortesía se saluda al insulto? ¿Cómo se despide el ahorcado de la soga que le estrangula?

Allá, en San Gervasio, yo era un pintamonas, y ella me llamaba bruto y me quería. Hoy tengo laureles y fortuna, y Narcisa me llama grosero, y me lo llama porque me quiere. ¡Cuántas veces habrá deseado las caricias de aquel perro fiel que la estrujaba hasta producirla miedo, pero nunca hasta producirla lágrimas!

Para que la gatita siguiera siendo el adorno del brasero y la distracción del hogar la han casado con un cascabel. Estará muy bonita con ese adorno, pero...

Juro que he de tomar venganza cumplidísima.


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Dominio público
2 págs. / 4 minutos / 25 visitas.

Publicado el 28 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

La Familia Literaria

Silverio Lanza


Cuento


Todas las familias tienen que sufrir las murmuraciones de un extraño, y en esta ocasión soy el extraño dispuesto á murmurar de la familia literaria.

Y tengo el honor de presentarla.

El Sr. Escritor, cabeza. Su esposa doña Casa Editorial. El Libro, hijo. Doña Critica, suegra de ambos cónyuges, y D. Público, primo de toda la familia.

Doña Crítica es vieja ó fea, y de todos modos no halla encantos en la vida. No se entusiasma. Está acostumbrada á imponer su opinión y no medita sus opiniones.

Olvida que fué joven ó hermosa; se ve cerca del sepulcro y cree que toda la humanidad debe estar en la agonía. Usa del ingenio para llamar la atención y de la sátira para hacerse respetar. Cuando es ofendida saca un crucifijo como Torquemada ó se cubre con la toga como César.

Es buena porque ella ha aumentado la dote de la esposa y ha corregido los errores del esposo, creando en ambos cónyuges un noble estimulo. Encuentra defectos en su nieto, aunque no los tenga, pero si alguien le insulta le defiende hasta salvarle.

Prefiere lo extranjero á lo nacional, porque así espera que la llamen instruida y de gustos delicados.

Tiene todas las condiciones de la mujer, y sólo es constante en mudar. Grita como un niño y sufre como un mártir. Huye quejándose como un faldero ó acomete como una fiera. A las veces es del último que la pide amparo, y en otras ocasiones defiende injustamente á sus amantes. Si os alaba no se lo agradezcáis en público, porque gusta más de parecer fuerte que de parecer buena. Si os insulta, no la contestéis públicamente, porque os llenará de improperios.

En épocas normales es una suegra insufrible, pero si peligra la familia usa de todas las excelencias del valor y del talento, y lucha sin desmayos hasta conseguir la victoria. Es bueno quererla mucho y tenerla lejos.


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Dominio público
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Publicado el 28 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

Lo Que Hace el Diablo

Silverio Lanza


Cuento


Salía yo de una casa de la calle del Prado, donde había pasado la velada viendo cuadros disolventes, y salí, como es mi costumbre, renegando de la perversidad humana que aficiona á los hombres y a las mujeres á permanecer juntitos y á oscuras.

Y marchaba renegando del sensualismo ajeno y del frío de aquella noche, cuando observé que por la acera opuesta bajaba una real moza. Me paré en la esquina de la calle del Baño y me puse á contemplar aquellos andares. Al llegar enfrente de mi


La donna tutta á me si torse,


pero siguió andando.

Se me fueron los ojos detrás de aquel prodigio de gentileza, y por igual camino se me fueron los pies.

Paróse mi perseguida en la entrada de la calle de Cervantes, y yo pasé delante de la buena moza. El sitio era oscuro, y mi vista es corta; conque sólo pude asegurarme de que la flamenca llevaba la cara oculta por la toquilla y un paquete escondido debajo del mantón.

Anduve como seis pasos, y me paré, suponiendo que mi conquistada me seguiría, pero no la ví.

Esa huye —me dije—, me ha dado mico, y se marcha por la calle del León; pero en esta calle tampoco hallé á la taimada.

Y estaba tragándome aquel camelo cuando me ocurrió la idea de que la barbiana hubiera subido á la casa de préstamos, é inmediatamente subí, abrí la mampara, y allí estaba arrimada al mostrador.

Pregunté si había de venta algún alfiler de corbata; me contestaron que tenían muchos: prometí volver al día siguiente, y me marché, después de haber visto que el objeto empeñado era una manta, y que, sobre ésta, habían prestado cincuenta reales.

La desconocida corría como una liebre, pero la alcancé, y la dije:

—Señora, permítame usted que...

—Hágame usted el favor de retirarse.

—Después, señora, pero antes ruego á usted de nuevo que me escuche.

Yo me acercaba, y la mujer huía casi á saltos.


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Dominio público
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Publicado el 28 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

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