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La Muerte de Iván Ilich

León Tolstói


Novela




1

Durante una pausa en el proceso Melvinski, en el vasto edificio de la Audiencia, los miembros del tribunal y el fiscal se reunieron en el despacho de Ivan Yegorovich Shebek y empezaron a hablar del célebre asunto Krasovski. Fyodor Vasilyevich declaró acaloradamente que no entraba en la jurisdicción del tribunal, Ivan Yegorovich sostuvo lo contrario, en tanto que Pyotr Ivanovich, que no había entrado en la discusión al principio, no tomó parte en ella y echaba una ojeada a la Gaceta que acababan de entregarle.

—¡Señores! —exclamó —¡Ivan Rich ha muerto!

—¿De veras?

—Ahí está. Léalo —dijo a Fyodor Vasilyevich, alargándole el periódico que, húmedo, olía aún a la tinta reciente.

Enmarcada en una orla negra figuraba la siguiente noticia: «Con profundo pesar Praskovya Fyodorovna Golovina comunica a sus parientes y amigos el fallecimiento de su amado esposo Ivan Ilich Golovin, miembro del Tribunal de justicia, ocurrido el 4 de febrero de este año de 1882. El traslado del cadáver tendrá lugar el viernes a la una de la tarde.»

Ivan Ilích había sido colega de los señores allí reunidos y muy apreciado de ellos. Había estado enfermo durante algunas semanas y de una enfermedad que se decía incurable. Se le había reservado el cargo, pero se conjeturaba que, en caso de que falleciera, se nombraría a Alekseyev para ocupar la vacante, y que el puesto de Alekseyev pasaría a Vinnikov o a Shtabel. Así pues, al recibir la noticia de la muerte de Ivan Ilich lo primero en que pensaron los señores reunidos en el despacho fue en lo que esa muerte podría acarrear en cuanto a cambios o ascensos entre ellos o sus conocidos.


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Dominio público
71 págs. / 2 horas, 5 minutos / 1.406 visitas.

Publicado el 17 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Las Aventuras de Huckleberry Finn

Mark Twain


Novela


Capítulo 1

No sabréis quién soy yo si no habéis leído un libro titulado Las aventuras de Tom Sawyer, pero no importa. Ese libro lo escribió el señor Mark Twain y contó la verdad, casi siempre. Algunas cosas las exageró, pero casi siempre dijo la verdad. Eso no es nada. Nunca he visto a nadie que no mintiese alguna vez, menos la tía Polly, o la viuda, o quizá Mary. De la tía Polly —es la tía Polly de Tom— y de Mary y de la viuda Douglas se cuenta todo en ese libro, que es verdad en casi todo, con algunas exageraciones, como he dicho antes.

Bueno, el libro termina así: Tom y yo encontramos el dinero que los ladrones habían escondido en la cueva y nos hicimos ricos. Nos tocaron seis mil dólares a cada uno: todo en oro. La verdad es que impresionaba ver todo aquel dinero amontonado. Bueno, el juez Thatcher se encargó de él y lo colocó a interés y nos daba un dólar al día, y todo el año: tanto que no sabría uno en qué gastárselo. La viuda Douglas me adoptó como hijo y dijo que me iba a cevilizar, pero resultaba difícil vivir en la casa todo el tiempo, porque la viuda era horriblemente normal y respetable en todo lo que hacía, así que cuando yo ya no lo pude aguantar más, volví a ponerme la ropa vieja y me llevé mi pellejo de azúcar y me sentí libre y contento. Pero Tom Sawyer me fue a buscar y dijo que iba a organizar una banda de ladrones y que yo podía ingresar si volvía con la viuda y era respetable. Así que volví.


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Protegido por copyright
342 págs. / 9 horas, 58 minutos / 650 visitas.

Publicado el 17 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Miguel Strogoff

Julio Verne


Novela


PRIMERA PARTE

1. UNA FIESTA EN EL PALACIO NUEVO

—Señor, un nuevo mensaje.

—¿De dónde viene?

—De Tomsk.

—¿Está cortada la comunicación más allá de esta ciudad?

—Sí, señor; desde ayer.

—General, envíe un mensaje cada hora a Tomsk para que me tengan al corriente de cuanto ocurra.

—A sus órdenes, señor —respondió el general Kissoff.

Este diálogo tenía lugar a las dos de la madrugada, cuando la fiesta que se celebraba en el Palacio Nuevo estaba en todo su esplendor.

Durante aquella velada, las bandas de los regimientos de Preobrajensky y de Paulowsky no habían cesado de interpretar sus polcas, mazurcas, chotis y valses escogidos entre lo mejor de sus repertorios.

Las parejas de bailadores se multiplicaban hasta el infinito a través de los espléndidos salones de Palacio, construido a poca distancia de la «Vieja casa de Piedra», donde tantos dramas terribles se habían desarrollado en otros tiempos y cuyos ecos parecían haber despertado aquella noche para servir de tema a los corrillos.


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336 págs. / 9 horas, 48 minutos / 312 visitas.

Publicado el 24 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Resurrección

León Tolstói


Novela


Entonces se le acercó Pedro y le preguntó: « Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si peca contra mí? ¿Hasta siete veces? »
Dícele Jesús: «No digo yo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»

SAN MATEO, 18, 21—22.

¿Cómo ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?

SAN MATEO, 7, 3.

El que de vosotros esté sin pecado, arrójele la piedra el primero.

SAN JUAN, 8, 7.

Ningún discípulo está sobre su maestro; para ser perfecto ha de ser como su maestro.

SAN LUCAS, 6, 40.


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568 págs. / 16 horas, 34 minutos / 214 visitas.

Publicado el 6 de junio de 2016 por Edu Robsy.

La Reina Margot

Alejandro Dumas


Novela


PRIMERA PARTE

I. EL LATÍN DEL DUQUE DE GUISA

El lunes 18 de agosto de 1572 se celebraba en el Louvre una gran fiesta.

Las ventanas de la gran residencia, habitualmente a oscuras, se hallaban profusamente iluminadas; las calles y las plazas contiguas, siempre solitarias en cuanto se oían las nueve campanadas en Saint—Germain d'Auxe­rre, estaban, aun siendo ya media noche, atestadas de gente. Aquella multitud apretujada, amenazadora y es­candalosa parecía en la oscuridad de la noche un mar tenebroso y revuelto, cuyo ímpetu rompía en oleadas murmuradoras y cuyo caudal, desembocando por la calle de Fossés—Saint—Germain y por la de l'Astruce, fluía al pie de los muros del Louvre, batiendo con su reflujo las paredes del palacio de Borbón, que se elevaba enfrente.

A pesar de la fiesta real, o quizá debido a ella, la mu­chedumbre ofrecía un aspecto poco tranquilizador. El pueblo ignoraba que semejante solemnidad, en la que tan sólo tomaba parte como simple espectador, no era sino el preludio de otra, aplazada para ocho días des­pués, a la que sí sería convidado y a la que asistiría sin recelo alguno.

Celebraba la corte las bodas de doña Margarita de Valois, hija del rey Enrique II y hermana del rey Carlos IX, con Enrique de Borbón, rey de Navarra. Aque­lla misma mañana, el cardenal de Borbón los había ca­sado, sobre una tribuna erigida frente a la puerta de Nótre—Dame, siguiendo el ceremonial de rigor en las bodas de las princesas de Francia.


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660 págs. / 19 horas, 16 minutos / 121 visitas.

Publicado el 16 de junio de 2016 por Edu Robsy.

El Cocinero de su Majestad

Manuel Fernández y González


Novela


(MEMORIAS DEL TIEMPO DE FELIPE III)
 

TOMO PRIMERO

CAPÍTULO I. DE LO QUE ACONTECIÓ Á UN SOBRINO POR NO ENCONTRAR Á TIEMPO Á SU TÍO

A punto que el sol transponía en una nublada y lluviosa tarde de invierno, atravesaba la famosa puente Segoviana, en dirección al ya próximo Madrid, un cuartago enorme que llevaba sobre su afilado lomo una silla de monstruosas dimensiones, y sobre la silla, un jinete en cuyo bulto sólo se veían un sombrero gacho de color gris, calado hasta las cejas, una capa parda rebozada hasta el sombrero, y dos robustas piernas cubiertas por unas botas de gamuza de su color, además del extremo de una larga espada, que asomaba al costado izquierdo bajo la plegadura de la capa.

El caballo llevaba la cabeza baja y las orejas caídas, y el jinete encorvado el cuerpo, como replegado en sí mismo, y la ancha ala del sombrero doblegada y empapada por la lluvia que venía de través impulsada por un fuerte viento Norte.

Afortunadamente para el amor propio del jinete, nadie había en el puente que pudiera reparar en la extraña catadura de su caballo, ni en su paso lento y trabajoso, ni en su acompasado cojear de la mano derecha: la lluvia y el frío habían alejado los vagos y los pillastres, concurrentes asiduos en otras ocasiones á los juegos de bolos y á las palestrillas de la Tela; las lavanderas habían abandonado el río, que, dejando de ser por un momento el humilde y lloroso Manzanares de ordinario, arrastraba con estruendo las turbias olas de su crecida, y en razón á la soledad, estaban cerradas las puertas de las tabernillas y figones situados á la entrada y á la salida del puente.


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939 págs. / 1 día, 3 horas, 24 minutos / 403 visitas.

Publicado el 25 de junio de 2016 por Edu Robsy.

El Golem

Gustav Meyrink


Novela


Sueño

La luz de la luna cae al pie de mi cama y se queda allí como una piedra grande, lisa y blanca.

Cuando la luna llena empieza a encogerse y su lado derecho se carcome — como una cara que se acerca a la vejez, mostrando primero las arrugas en una mejilla y perfilándose después — a esa hora de la noche, se apodera de mí una inquietud sombría y angustiosa.

No estoy dormido ni despierto, y, en el ensueño, se mezclan en mi alma lo vivido con lo leído y oído, como corrientes de distinto brillo y color que confluyeran. Antes de acostarme había leído la vida de Buddha Gotama e incesantemente volvían a repetirse en mi mente, de mil formas, estas frases:

«Una corneja voló hacia una piedra que parecía un trozo de grasa y pensó:

quizás haya aquí un buen bocado. Pero como la corneja no encontró nada apetitoso, se alejó. Del mismo modo que la corneja que se había acercado a la piedra, abandonamos — nosotros, los seguidores — al asceta Gotama, cuando hemos perdido placer en él.»

Y la imagen de la piedra que parece un pedazo de grasa crece monstruosamente en mi mente:

Camino por el lecho seco de un río y recojo guijarros lisos.

De color gris — azulado, cubiertos de polvo brillante, sobre los que pienso y recapacito y con los que, sin embargo, no sé qué hacer — y después otros negros con manchas amarillas de azufre, como petrificados intentos de un niño por imitar unas salamandras toscamente moteadas.

Y quiero arrojar estos guijarros lejos de mí, pero una y otra vez se me caen de las manos, y no puedo apartarlos de mi vista.

Aparecen a mi alrededor todas las piedras que han jugado un papel en mi vida.

Algunas se esfuerzan desmesuradamente por surgir de la tierra a la luz — como grandes cangrejos de color pizarra, subiendo con la marea,empeñados en atraer mi mirada hacia ellos y decirme cosas de importancia infinita.


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Protegido por copyright
238 págs. / 6 horas, 57 minutos / 314 visitas.

Publicado el 26 de junio de 2016 por Edu Robsy.

Sanseacabó

Arturo Robsy


Novela


Españoles en libertad

Nota delantal

Lector amigo: es sorprenderte acabar una novela como Sanseacabó y comprender que se te ha convertido en Novela Histórica, en mi caso por empeoramiento de las circunstancias que rodean la acción y conforman buena parte de las reacciones de los personajes. No se ha quedado antigua, porque nada que haga referencia a España pierde actualidad. Ponga velocidad de crucero y eche un vistazo al ayer mismo. O al mañana.

Crónica de una noche en España

Después de aquel derroche de día, el amarillo sol se lavó las manos en el mar de poniente, marcó en el reloj de salida y dejó que un crepúsculo largo y tibio corriera con los últimos minutos de la representación.

Más tarde los humanos fueron imitándole, dejando sus puestos de trabajo y de paro y poniéndose frente al televisor que, bueno o malo, es pasatiempo gratuito y siempre se puede apagarlo o decirle barbaridades al locutor domesticado que lee, impasible, la increíble estadística y el ¡hurra! a Europa.

Un poco más adelante se dará cumplida noticia de José Luis y de Chop, pero ahora basta con decir que José Luis y Chop se habían separado hacía ya tiempo. El Español, recio y rubio, jugaba al parchís con sus hijos, en busca de emociones fuertes pero aptas para todos los públicos.


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Licencia limitada
228 págs. / 6 horas, 39 minutos / 136 visitas.

Publicado el 11 de julio de 2016 por Edu Robsy.

El Héroe Asustado

Arturo Robsy


Novela


o "El Comando Madrid Muerto a Besos".

Dedicado a todos los incomprendidos
y sufridos terroristas, exhortándolos
a entregar, cuanto antes, su última
gota de sangre.

TITULOS DE CRÉDITO

Este libro quisiera inducir a muchos a abrir los ojos, a no creer, al menos, hasta disponer de ciertas seguridades, dentro de la imperfecta inteligencia humana. No obstante se citan aquí a personas que merecen eso y mucho más.

Título: Este es un libro en que se dice «¡Oscuridad!»

Escribano: Arturo Robsy

Dedicado a:

D. Ángel Palomino, premio Nacional Miguel de Cervantes, entre otros, que tuvo y tiene la paciencia de enseñarme los modos más eficaces y elegantes de usar nuestra lengua para decir y no para callar. Su amor a la verdad es ejemplar. Y es mi amigo.

D. Juan Luis Calleja, premio Mariano de Cavia, hombre de inteligencia tan afilada que puede afeitar a veinte pasos y al que debo sabiduría, consejo, críticas verdaderas, lógica serena y la importancia del amor a la verdad—. Y es mi amigo.

Ambos intelectuales tanto montan.

Recordados obligadamente, con cariño.

D. Marcelo Arroita—Jáuregui, que hizo el tránsito.

D. Antonio Izquierdo, que hizo el tránsito.

D. José María Arias—Salgado y de Cubas, que hizo el tránsito y Doña Andrea Josefina Robsy, mis tíos.

Teniente General Manuel Nadal. Que hizo el tránsito.

Coronel Jesús Flores Thies.

Mi hijo, que debe distinguir en este mundo.

Mi profesor de filosofía Juan Vayá Menéndez, que hizo el tránsito muy joven.

Mi profesor de filosofía, latín y humanidad, D. Rosendo Gispert Calderón. Amigo.

Profesor Gregorio Salvador, de la RAE y su esposa, Dñª Ana Rosa Carazo: amables.

Profesor Ricardo Senabre.

D. Fernando Vizcaíno Casas, que me salva el alma de la soledad.


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Licencia limitada
199 págs. / 5 horas, 49 minutos / 133 visitas.

Publicado el 12 de julio de 2016 por Edu Robsy.

El Hábito del Monje

Arturo Robsy


Novela


Una Prodigiosa Guerra en España

SOL DE ESPAÑA

El coronel de Estado Mayor Asensio Torrado salió del despacho de Largo Caballero y pareció reparar por primera vez en lo solo que se encontraba metido en aquel nueve de septiembre de 1936.

El sol, ajeno a la peripecia española, irradiaba a los justos y a los pecadores, sin duda satisfecho de sí mismo y de su imparcialidad. Se sentía tan bien solo que también irradiaba al coronel Asensio Torrado, a pesar de constarle que era un elemento de Estado Mayor y que cargaba con un ánimo lúgubre y sombrío.

El acongojado militar entornó los ojos y aprovechó para pensar cosas desagradables de los hombres y mujeres con mono que abajo, sobre la acera, se esforzaban en componer estampas revolucionarias.

Pensó por un momento en España Pero, decepcionado, volvió a su tema favorito de meditación: la negra suerte. Desde que Largo Caballero, el Lenin Español, había resultado Presidente del Consejo el pasado día cuatro, Asensio Torrado había subido de simpatizante a colaborador fundamental del líder proletario de los ojos fríos.

Y el líder, después de escucharle Durante más de media hora, acababa de prometerle un ascenso a general de brigada, pero al coronel no se le ocultaba que, por el momento, no había ningún ejército sobre el que "generalear" como sería de su gusto.

Y, además, en aquellos días de septiembre, el empleo no estaba bien visto: el general Castelló, ministro de la Guerra del recién caído Giral, se había refugiado en una embajada a principios de Agosto y ya estaba en Francia. Su sucesor, el teniente coronel Sarabia, había sido, únicamente, un buen marxista.

Ahora, en menos de un mes, el tercer ministro de la Guerra era Prieto , muy capaz de no ascender a Asensio Torrado para fastidiar a Largo Caballero: todos sabían que los dos jerarcas del PSOE andaban a la greña.


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187 págs. / 5 horas, 28 minutos / 195 visitas.

Publicado el 13 de julio de 2016 por Edu Robsy.

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