Textos más recientes etiquetados como Novela disponibles | pág. 5

Mostrando 41 a 50 de 549 textos encontrados.


Buscador de títulos

etiqueta: Novela textos disponibles


34567

Gabriel el Cerrajero o las Hijas de mi Papá

José Tomás de Cuéllar


Novela


A los obreros de México

Á vosotros, apóstoles del trabajo, veneros legítimos de la riqueza pública, á vosotros que cumplís con Dios regando el pan con el sudor de vuestro rostro, á vosotros dedico este libro.

El trabajo y la educación son las bases de la regeneración social.

El trabajo y la educación son el origen de la mas sublime de las emancipaciones.

Trabajando sois la riqueza.

Instruyéndoos seréis la patria.

Tal vez encontrareis alguna enseñanza provechosa en este libro: leedlo, y cuando descanséis de vuestro trabajo, acordaos de que tenéis un amigo que está trabajando por vosotros.

Parte I

I. Una visita de confianza

A eso de las cuatro, la mujer de un comerciante rico recibía á su visita de confianza las más tardes. Era ésta una costumbre inveterada que estaba muy lejos de inspirar la menor sospecha al mas malicioso observador, y mucho menos al comerciante.

En efecto, aquella señora y su visita cuotidiana hablaban siempre de cosas indiferentes; y á la sazón en que empezamos á ocuparnos de sus recomendables personas, están tratando amigablemente de esta materia.

Los parientes.

—¡No me hable usted de parentescos, criatura! decía el señor, porque en esa materia tengo también hecha mi composición de lugar...

—Como en todo, dijo la señora.

—Ya sabe usted criatura, que yo soy hombre de principios fijos.

—Ya lo sé: la prueba es que me dice usted «criatura» hace....

—Hará cinco años largos.

—Es cierto. Conque decía usted de los parientes....


Leer / Descargar texto

Dominio público
195 págs. / 5 horas, 42 minutos / 97 visitas.

Publicado el 18 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Amadís

Carmen de Burgos


Novela, novela de caballerías


Prólogo a la novela del muy esforzado y virtuoso caballero Amadís de Gaula

Amadís, vuelve a salir al palenque, en buen hora, por cierto. Hace falta que el esforzado y virtuoso caballero cabalgue y lidie descomunal batalla en pro de los ideales del romanticismo, derrotados y maltrechos, aprovechando un momento en que la ansiedad espiritualista se deja sentir, en una gran parte de la sociedad moderna; como en campo, largo tiempo reseco y sin lluvia, se advierte la sed que lo abrasa y lo consume. Amadís no ha muerto. El pequeño lays de su primitiva tradición, que, como el Doncel del Mar cruzó las aguas, se fortaleció en el combate y en el ejercicio del amor y de la justicia, para ser, como ellos, inmortal.

Tal se prolonga la vida de Amadís, al través de la tradición, que, a los dos libros primeros que se conocen, siguen luego otros dos y de ellos, como de robusto tronco, continúan floreciendo hijuelas, hasta llegar al octavo, en el que Juan Díaz, bachiller en cánones, se atrevió en 1526, a matar al héroe, tan amado de sus lectores que algunos hicieron duelo y llevaron luto por su muerte, como si de un personaje real se tratase.

Sin embargo, Amadís no ha muerto; parece que ha estado en alguna nueva prisión o nuevo encantamiento, porque lo vemos aparecer en 1535 redivivo, en un noveno libro debido a la torpe pluma de Feliciano de Silva.

Y sigue viviendo el esforzado paladín a través de las aventuras de todos los descendientes de Esplandián, D. Florisando y demás héroes anteriores a su resurrección: D. Silves de la Selva, Esferamundi, etc., hasta llegar a la décimacuarta continuación, que menciona D. Pascual de Gayangos, en su «Catálogo de los Libros de Caballerías» por referencia de Nicolás Antonio.


Leer / Descargar texto

Dominio público
237 págs. / 6 horas, 55 minutos / 150 visitas.

Publicado el 14 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Boy

Luis Coloma


Novela


En la vida del hombre, sólo dos mujeres tienen cabida legítima: su madre y la madre de sus hijos. Fuera de estos dos amores puros y santos, son los demás divagaciones peligrosas ó culpables extravíos.

I

Llegué al baile á las diez y cuarto, cuando comenzaba á excitar la animación la entrada del personaje político en cuyo honor se celebraba. Recorría éste las salones y las anchas y suntuosas galerías, guiado por el general Belluga, que hacía veces de cicerone, y le presentaba á los notables de la provincia. Venía detrás la personaja, con pujos y aires de gran dama de la antigua corte, dando el brazo á mi tío el Duque de Sos, rancia figura decorativa en todos los actos solemnes del partido de Isabel II; y rodeadas de pollos y damiselas, cerraban la marcha dos personajitas, hijas del personaje: morenilla la una y pintorescamente bizca; rubia desteñida la otra, con una boquita de que pudo decir Bussy lo que de Mlle. Mancini dijo:


“...aquel piquito amoroso.
Que llega de oreja á oreja.”


Sucedía esto en Marzo de 1869, cuando á raíz de la Revolución organizábanse isabelinos y carlistas, y tendían la caña con igual empeño, á fin de pescar entre sus filas los personajes políticos vacantes que las turbias olas desbordadas en el pasado Septiembre no habían zambullido del todo. Agasajábanles tirios y troyanos, y dejábanse ellos querer, comiendo con unos, cenando con otros, sacando el jugo á todos y no soltando prenda con ninguno, hasta ver, sin duda, de qué lado caían las pesas, y sacar entonces al mejor postor la consecuencia de su política y la firmeza de su lealtad.


Leer / Descargar texto

Dominio público
195 págs. / 5 horas, 41 minutos / 169 visitas.

Publicado el 14 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

En la Noche Dormida

Emilio Bobadilla


Novela


Tout ce que nous appelons conscience n’est en somne que le commentaire plus ou moins fantaisiste d'un texte inconnu, peut-être inconnaissable.

Les èvènements de notre vie sont bien plus ce que nous y mettons que ce qu’ils contienent. Peut-être sont-ils vides par eux-mêmes. Peut-être vivre c'est inventer.


Federico Nietzsche.

I

La vió un domingo, por vez primera, en el Casino Municipal: jugaba á los caballitos en un entreacto de La viuda alegre. Los horteras de Biarritz y Bayona impregnaban con su tufo á sudor seco, removido por una somera ablución, la espaciosa sala de juego, estrecha para contener á los forasteros que acudían de Hendaya, San Juan de Luz, San Sebastián y otros puntos de los Pirineos á oir la divertida opereta austriaca. Este aire se bonificaba á ratos con el perfume que dejaban al pasar las horizontales, camino de la sala de baccarrat.

Al través de la gran puerta de cristales que daba sobre la terraza del casino se veía el mar revolviéndose en torno de los arrecifes esponjiformes de la playa. Era un día ceniciento, lluvioso y frío, de principios de Marzo.

Sixto Arcaico salía de la sala de baccarrat y donde acababa de perder 2.000 francos. Estaba displicente y nervioso, como lo atestiguaba el puro que se retorcía humeante entre sus dientes. La presencia de Cipri logró arrancarle por un momento de la cavilación en que le había sumido aquella pérdida de dinero. Sus ojos se besaron espontáneos tan pronto como se clavaron los unos en los otros, sin buscarse, casualmente. Fué una simpatía súbita. Para llegar á fijarse el uno en el otro, al través de aquel gentío, se necesitaba que una poderosa corriente magnética se estableciese entre ambos.


Leer / Descargar texto

Dominio público
174 págs. / 5 horas, 5 minutos / 129 visitas.

Publicado el 9 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

La Venda de Cupido

José María de Acosta


Novela


Prólogo

La Venda de Cupido hemos puesto por rótulo a este volumen, en que se agrupan varios trabajos de contextura homogénea, y en realidad mejor fuese titularlo La Venda de los Enamorados, pues no es el hijo de Marte y Venus el vendado, sino que lo son sus victimas, a quienes coloca sobre los ojos unas lindas tiritas de gasa de ensueño, que si no privan en absoluto de la visión, hacen que ésta se verifique al través de ella, con lo que toma diversos coloridos. Y unas veces es blanca, como la inocencia; otras, amarilla, como la esclavitud; estotras, lila, como la estupidez, y esotras, negra, como el infortunio, y hasta, a veces, toma la trágica tonalidad del color de sangre.

No, no es Cupido el vendado, y buena prueba de ello es que no dispara las flechas de su aljaba a tontas y a locas; ya sabe el muy pícaro sobre quién dirige sus dardos. Mas si acaso lo estuviese, lo estará incompletamente: sólo de un ojo, como esos jamelgos matalones que sacan en las plazas de toros, o con la venda alta o baja, como los jugadores tramposos a la gallina ciega, que se levantan levemente el pañuelo para poder distinguir algo, aunque únicamente sean las extremidades inferiores de las otras gallináceas.

Esta venda, que disimula defectos y encarece perfecciones, es tan alada y posee tal encanto, que la llevamos sin sentir y hasta nos place tenerla puesta, pues ella solamente nos da la ambrosía, que abre a los simples mortales las puertas del Empíreo, ¡Pluguiera a Cronos no arrancárnosla con los años y el áspero camino de la vida se convertiría en senda de flores, que, entre la fragancia de las rosas, aun el dolor de los traspiés se mitiga!


Leer / Descargar texto

Dominio público
124 págs. / 3 horas, 37 minutos / 61 visitas.

Publicado el 4 de julio de 2021 por Edu Robsy.

La Saturna

José María de Acosta


Novela


Primera jornada

I

Cayó pesadamente el telón, cerrando la grandiosa embocadura del escenario, mientras la orquesta dejaba oir los últimos compases. El primer acto de Tosca había terminado.

Iluminóse la sala, y Consuelo, requiriendo los gemelos que tenía sobre el antepecho, los enfiló hacia abajo, hacia el patio de butacas, donde empezaban a levantarse algunos espectadores que se dirigían al foyer para fumar un cigarrillo.

Un joven alto, de porte distinguido, con rubios bigotes a la borgoñona, alzóse de su asiento y miró para arriba, a los palcos por asientos, como si buscase a alguien, pues siendo de los que acostumbran a llegar a las funciones teatrales tarde y con daño, había entrado a la mitad de la representación del primer acto y no había podido cerciorarse hasta ahora, en que la luz se había hecho, de la presencia de quien le interesaba y esperaba encontrar allí. En una butaca de la fila delantera de la localidad indicada distinguió algo confusamente unos gemelos fijos en él, y diciéndose: «¡Ahí está!», sonrió imperceptiblemente con sonrisa un poco fatua y fanfarrona de mozo creído de guapo, y saludó con una leve inclinación de cabeza.

Consuelo tocó con el codo a su hija Dolores, encantador capullo, fresco y fragante, que exhalaba ese aroma delicioso e inconfundible de la niña que empieza a ser mujer, y señalándole al joven de los blondos bigotes, que permanecía en pie junto a su butaca, le dijo:

—Mira, Lola, a Fernando Castrillo, que nos ha visto y nos saluda.


Leer / Descargar texto

Dominio público
264 págs. / 7 horas, 42 minutos / 58 visitas.

Publicado el 4 de julio de 2021 por Edu Robsy.

El Morbo

José María de Acosta


Novela, novela epistolar


Prólogo

Andábame, cierta ociosa tarde, dedicado a la busca y caza de cualquier volumen de valía, en miserable baratillo de libros de viejo, cuando, revolviendo empolvadas revistas, del año de la nanita a no dudar, apiladas en un óstugo poco visible, mis manos tropezaron con dos libretas atadas juntamente por tosco bramante. Ostentaba la una tapas de hule negro y estaba forrada la otra con risueña cretona de llamativos colorines, entre los que predominaba el tono rosa.

Quitéles la atadura y vi, sorprendido, que eran dos manuscritos, de letra varonil el de cubierta de hule y escrito con caracteres femeninos él forrado de cretona. Los hojeé y pude cerciórame que contenían las dianas confesiones de dos corazones que, aunque distanciados por hados adversos, latieron próximos.

No necesité más para entregar al modesto librero las dos pesetillas que me exigió por la venta y marché a mi casa, con mi hallazgo bajo el brazo, más contento que unas pascuas.

Ya en mi despacho, leí reposadamente ambos cuadernos y comprendí que, mal o bien, con ellos podía formarse una novela, sin más trabajo que entremezclar las anotaciones de uno y otro Diario para que apareciesen por rigoroso orden cronológico. Así corno así, las dos Memorias se complementaban y esclarecían.

Puse manos a la tarea, que quedó reducida a una labor de ordenación y copia, y juzgando inútil la indicación en cada apuntamiento de si procedía de la libreta de él o de la de ella, ya que por su redacción o contexto el lector menos avisado habría de deducirlo, no me cuidé de consignar esta procedencia.


Leer / Descargar texto

Dominio público
231 págs. / 6 horas, 44 minutos / 80 visitas.

Publicado el 4 de julio de 2021 por Edu Robsy.

Al Cabo de los Años Mil...

José María de Acosta


Novela


Prefacio

De un pueblo bélico, uno de tantos pueblos del noble solar hispano, cuyo nombre no hace al caso, arranqué dos docenas escasas de rudas figuras y con ellas compuse este retablo, al cual puse por rótulo AL CABO DE LOS AÑOS MIL.... por la enseñanza o moraleja que de esta narración se desprende.

Dada la tosquedad y rustiqueza de sus elementos, es difícil, refinado lector, que este cuadro te complazca; sé indulgente con el artífice y piensa que bajo la cáscara corporal, delicada o ruda, aristócrata o plebeya, la vida, con sus pasiones siempre iguales, late lo mismo para todos, y que sólo de traer un trozo de vida a estas páginas trata.

No quisiera que esto fuese una galería de figuras de amarillenta cera, pues aspiré a infundirles con mi torpe péñola el soplo vital. Rocío, Esperanza, doña Genoveva, doña Emilia, Raimunda, don Romualdo, don Pascual, don Juan Manuel, Toñín y todos los personajes que desfilan por este libro, unidos por la débil trabazón de la trama novelesca, siendo ficciones de la pluma, quieten aparecer como sacados del terruño... Si sus recias siluetas no se acusan con el vigor y el realce que debieran, culpa, amable lector, a la torpeza e inhabilidad del autor. Y si sus pinturas y semblanzas te pareciesen en algunos aspectos exageradas, yo te agradeceré, lector querido, que te des una vuelta por esos pueblos de Dios, por esos pueblos del noble solar hispano, sumidos en la incultura y en la incuria.

Y si con todos sus defectos, llegas al final, ha de darse con un canto en los pechos y tenerlo por merced excepcional


El autor


Leer / Descargar texto

Dominio público
215 págs. / 6 horas, 17 minutos / 99 visitas.

Publicado el 4 de julio de 2021 por Edu Robsy.

Historia de los Siete Murciélagos

Manuel Fernández y González


Novela


La alabanza á Dios

No hay otro Dios que Dios, el Altísimo y Unico; é puede apartar de nosotros las desgracias; él sólo es fuerte; él sólo sabe la verdad; él vive en lo pasado, llena lo presente y abarca lo porvenir: noche de horror, y sombra de espanto cubrirán al mundo cuando aparte de él sus ojos, porque él es la fuente de toda vida, y la claridad de toda luz; sin él nada existe; él es fuente de sabiduría, sin la cual el hombre seria comparable á los brutos, que no saben que han de morir, ni para qué han nacido: loado sea Dios, el Altísimo y el Misericordioso, autor y vida de todo lo creado: la luz de su espíritu brille sobre este libro, y le haga visible á todas las gentes, y se conserve hasta la más remota posteridad.

Esta es la Historia de los siete Murciélagos, que compuso Noeman D'zvn-Nun-el-Aziz-el-Ferag, poeta andaluz que residió mucho tiempo en Granada, y fué soldado sirviendo honradamente á su patria, y peregrinó por extrañas tierras, dejando en pos de sí por donde pasaba, el perfume y la suavidad de sus versos.

Él vió en las antiguas historias los sucesos de los Beni-Nazar, y los del magnífico rey Al-Hhamar, y las hadas le contaron hermosas historias de amores y encantamentos.

Escribiendo esas historias distrajo el poeta andaluz su pobreza, y vosotros podreis distraer leyéndolas vuestro ócio: ellas os llevarán de una aventura en otra, y os dirán cómo fuéron gentes y cosas que hace muchos años han dejado de existir.

Salud y paz de buena voluntad á los que leyeren este libro, y la alabanza á Dios autor de cuanto existe, y el sólo que no perece ni puede perecer.


Leer / Descargar texto

Dominio público
210 págs. / 6 horas, 8 minutos / 132 visitas.

Publicado el 21 de marzo de 2021 por Edu Robsy.

Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes

José Francisco de Isla


Novela


Al público, poderosísimo señor

Con efecto: no le ha habido desde Adán acá más poderoso que usted, ni le habrá hasta el fin de todos los siglos. ¿Quién trastornó toda la faz de la tierra de modo que, a vuelta de pocas generaciones, apenas la conocería la madre que la parió? Usted. ¿Quién fundó las monarquías y los imperios? Usted. ¿Quién los arruinó después o los trasladó adonde le dio la gana? Usted. ¿Quién introdujo en el mundo la distinción de clases y jerarquías? Usted. ¿Quién las conserva donde le parece y las confunde donde se le antoja? Usted. Malo es que a usted se le ponga una cosa en la cabeza, que solamente el Todopoderoso la podrá embarazar.

Y si del poder de las manos hacemos tránsito al del juicio, del dictamen y de la razón, ¿dónde le hay ni le ha habido más despótico ni absoluto? Sabida cosa es que, después del derecho divino y del natural, el derecho de usted, que es el de las gentes, es el más respetado y obedecido en todo el mundo; esto, aun en caso de que el derecho de las gentes y el natural sean distintos: controversia en que no quiero embarazarme, porque para mi asunto importa un bledo. Lo cierto es que, una vez que usted mande, resuelva, decrete y determine alguna cosa, es preciso que todos le obedezcan; porque, como usted es todos y todos son usted, es necesario que todos hagan aquello que todos quieren hacer. No se me señalará otro legislador más respetado.


Leer / Descargar texto

Dominio público
742 págs. / 21 horas, 39 minutos / 175 visitas.

Publicado el 12 de diciembre de 2020 por Edu Robsy.

34567