Textos etiquetados como Novela publicados el 18 de junio de 2019

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etiqueta: Novela fecha: 18-06-2019


La Clase Media

Juan Díaz Covarrubias


Novela


Dedicatoria

Al joven poeta José María Ramírez

México, abril de 1858


Hermano:

Reciba ud. esta pequeña novela en prenda de amistad, recíbala vd. como un recuerdo de esas horas amarguísimas de nuestra vida que hemos pasado juntos, lastimado el corazón por unos mismos dolores, recíbala Ud. como todas mis obras, empapada todavía con las lágrimas que sin esperanza he derramado por la gloria, con la misma benevolencia con que han recogido mis versos Zorrilla y Florencio Castillo.

Usted, pobre amigo mío, desde la soledad de su retiro me ha seguido con una mirada cariñosa por el viaje de la vida, me ha visto luchar con una suerte siempre contraria y sufrir con la fe de un mártir, y cuando he venido a Ud. con el corazón lastimado, me ha dado tiernos consuelos y ha vuelto a colocar en mis manos la pluma que el desconsuelo me había hecho soltar.

Recíbala Ud., no como lo que ella vale, sí como una prenda de desinteresado y fraternal afecto.

Al sentir mi abandono en la vida, he levantado en mi corazón un altar a la amistad.


Su hermano

Juan Díaz Covarrubias

I. El hotel de la gran sociedad

Por una hermosa tarde del mes de julio de 1854, dos jóvenes que por su traje y sus maneras revelaban desde luego pertenecer a la clase más distinguida de la sociedad mexicana, atravesaron tomados amistosamente del brazo, el espacio que hay entre la Alameda y la entrada del puente de San Francisco.

Uno de ellos representaba tener muy cerca de treinta años, era de elevada y elegante estatura, su rostro pálido y el círculo sombrío que rodeaba sus hermosos ojos negros, indicaban a primera vista una juventud consumida en las orgías y la prostitución.


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Dominio público
97 págs. / 2 horas, 51 minutos / 253 visitas.

Publicado el 18 de junio de 2019 por Edu Robsy.

Gil Gómez el Insurgente

Juan Díaz Covarrubias


Novela


Primera parte

I. A astuto, astuto y medio

En las inmensas llanuras que se encuentran hacia el sur en el estado de Veracruz, entre las pequeñas aldeas de Jamapa y Tlalicoyan, orillas de un brazo del río Alvarado y no tan cerca de la barra de este nombre, para que pudiera considerarse como un puerto de mar, se alzaba graciosa a la falda de una colina y como oculta a la mirada curiosa de los escasos viajeros que por allí suelen transitar, la pequeña aldea de San Roque, cuyo modesto campanario se podía percibir entre el follaje de los árboles, dominando el pintoresco caserío.

Esta aldea, medio oculta en una de las quebradas del poco transitado y mal camino que conduce de la barra de Alvarado a la villa de Córdoba, aislada completamente de las relaciones comerciales y políticas, contendría escasamente en la época que comienza esta narración, de seiscientos a ochocientos habitantes, la mayor parte indígenas, labradores en los sembrados de maíz, de tabaco y de caña que se cultivan en algunas rancherías de las inmediaciones, familias de viejos señores de las ciudades más cercanas, como Veracruz, Jalapa, Orizaba, Cosamaloapan, antiguos guardias de las milicias del virrey, retirados ya del servicio, restos de la aristocracia de segundo orden, cuya decadencia comenzaba ya en aquella época o hasta media docena de acomodados labradores, que poseían fértiles terrenos en que cultivaban las semillas que tanto abundan en esos climas privilegiados.

Los habitantes de la primera clase, pasaban la mayor parte del día en los campos de las pequeñas haciendas, y sólo en las primeras horas de la noche se veían alumbrarse sus cabañas diseminadas sin orden y al acaso en un radio de cuatrocientas varas.


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Dominio público
263 págs. / 7 horas, 40 minutos / 129 visitas.

Publicado el 18 de junio de 2019 por Edu Robsy.

El Cerro de las Campanas

Juan Antonio Mateos


Novela


Parte primera. La intervención

I. La noche triste

I

La tarde del 31 de mayo de 1863, el ejército de la república, resueltamente abandonaba la capital.

La derrota de San Lorenzo y la rendición de Puebla, determinaron un nuevo plan de campaña.

A las cuatro de la tarde de ese memorable día, el presidente Juárez y sus ministros salieron para el interior del país, después de haber ordenado la retirada de las tropas.

El cuerpo de ejército tomó el rumbo de Toluca, y un destacamento de dos mil hombres el de Querétaro.

El toque de generala anunció la partida.

La consternación más horrible se apoderó de la ciudad, las mujeres y los niños se agolparon a los cuarteles para seguir a sus maridos y a sus padres, el pueblo abandonaba en masa sus hogares.

Los batallones comenzaron a desfilar.

En ese ejército había algo de sombrío, mucho de desesperación.

El ejército se retiraba sin precipitación alguna, los soldados marchaban en orden de parada, era un movimiento militar, no era una huida.

El ruido de sus cajas, sus banderas desplegadas, su silencio aterrador, eran una protesta terrible, eran una promesa de venganza, una evocación al porvenir de la república.

En el pórtico de las Casas Consistoriales, una caballería formada de comerciantes alemanes, se organizaba para recorrer la ciudad. La guardia española se dividió en destacamentos, cuidando del orden amenazado por la efervescencia popular. Los cónsules habían salido a encontrar al general Forey, el jefe del ejército francés, para evitar los vergonzosos escándalos a que se entregan por lo común los ejércitos victoriosos.

¡Cierto es que los triunfos franceses en América, no serán envidiados por los adoradores de las glorias militares!


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Dominio público
697 págs. / 20 horas, 20 minutos / 521 visitas.

Publicado el 18 de junio de 2019 por Edu Robsy.