Textos etiquetados como Novela publicados el 28 de enero de 2017

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etiqueta: Novela fecha: 28-01-2017


Una Desdichada

Iván Turguéniev


Novela


—Sí, sí —empezó Piotr Gavrilovich—, fueron unos tiempos difíciles... y la verdad es que no me apetece rememorarlos... Pero, ya que se lo he prometido, les contaré toda la historia. Escuchen.

I

Vivía yo por entonces (corría el invierno de 1835) en Moscú, en casa de una tía, hermana de mi difunta madre. Tenía dieciocho años. Acababa de pasar del segundo al tercer curso de la Facultad «de letras» (así se llamaba en aquella época) de la Universidad de Moscú. Mi tía era una mujer dulce y apacible, que se había quedado viuda. Ocupaba una casa de madera de gran tamaño en la calle Ostozhenka, caldeada en exceso, de esas que sólo pueden encontrarse en Moscú. Apenas recibía visitas y se pasaba en la salita de la mañana a la noche, con dos damas de compañía, tomando té perla, haciendo solitarios y ordenando cada dos por tres que sahumaran la pieza. Las damas de compañía salían corriendo al recibidor y al cabo de unos minutos aparecía un viejo criado, vestido de librea, con una bandeja de cobre en la que descansaba un ladrillo caliente con una ramita de menta. Avanzaba a grandes pasos por las estrechas alfombras y rociaba las hojas con vinagre. Un vapor blancuzco envolvía el rostro arrugado del fámulo, que se apartaba con el ceño fruncido, mientras los canarios, excitados por el crepitar de la menta, rompían a cantar en el comedor.


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99 págs. / 2 horas, 54 minutos / 85 visitas.

Publicado el 28 de enero de 2017 por Edu Robsy.

Confesiones de un Bribón

Wilkie Collins


Novela


AL LECTOR

Las siguientes páginas fueron escritas hace más de veinte años y desde entonces, se han venido publicando periódicamente en «Household Words».

Tal como fue publicado originariamente, «El Bribón» fue acogido muy favorablemente. Año tras año, fui retrasando la reedición, haciéndome eco de la propuesta de mi viejo amigo Mr. Charles Reade, que sugería matizar más y alargar las aventuras del héroe en Australia, pero la oportunidad de llevar a cabo este proyecto, realmente ha resultado ser una oportunidad perdida de mi vida. Reedito la historia sin alterar el final original, pero con adiciones ocasionales y mejoras que, espero, la harán más merececedora de atención en el momento actual.

El lector crítico, puede observar, posiblemente, un tono de alegría casi bulliciosa en ciertas partes de estas confesiones imaginarias. Sólo puedo alegar, en mi defensa, que la historia ofrece el fiel reflejo de una etapa muy feliz de mi vida pasada. Fue escrita en París, cuando tuve a Charles Dickens de vecino cercano y compañía diaria, y cuando gastaba alegremente las horas de ocio con muchos otros amigos, todos relacionados con la literatura y el arte, de los cuales el admirable comediante Regnier, es ahora el único sobreviviente. La revisión de estas páginas ha sido para mí una tarea melancólica. Sólo puedo esperar que animen los momentos de tristeza de los demás. «El Bribón» sin duda puede reclamar dos méritos, al menos, a los ojos de la nueva generación: que esta obra no contiene dos momentos serios seguidos, y que «no se necesita mucho tiempo para leerlo».

Wilkie Collins.

GLOUCESTER PLACE, LONDRES, 6 de Marzo de 1879.


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145 págs. / 4 horas, 14 minutos / 106 visitas.

Publicado el 28 de enero de 2017 por Edu Robsy.

La Máscara Robada

Wilkie Collins


Novela


INTRODUCCIÓN

Puede ocurrir que algunos lectores de esta historia tengan en su poder una «máscara» —o una cabeza— de escayola del rostro de Shakespeare, una de las reproducciones en vaciado del famoso busto de Stratford que se pusieron a la venta hace algún tiempo. Las circunstancias bajo las cuales se obtuvo el molde original se las oí relatar, una vez, a un amigo de quien guardo un cariñoso recuerdo y con quien estoy en deuda por el ejemplar que poseo hoy en día.

Hace algunos años, se contrató a un cantero para efectuar unos arreglos en la iglesia de Stratford-upon-Avon. Mientras se ocupaba de estas reparaciones, el cantero se las arregló —sin levantar sospechas, pensaba él— para fabricar un molde del busto de Shakespeare. Sin embargo, se descubrió lo que había hecho e, inmediatamente, las autoridades, encargadas de la custodia del busto original, lo amenazaron con penas y sanciones legales muy severas, aunque no especificaron de qué delito se le acusaba. El pobre hombre estaba tan asustado por las amenazas que rápidamente empaquetó sus herramientas y, cogiendo el molde, se marchó de Stratford. Después, el cantero expuso su caso a personas con capacidad para aconsejarle, quienes le dijeron que no debía temer ningún castigo y que, si consideraba que podría venderlos, hiciera tantos moldes del busto como quisiera y los pusiera a la venta en cualquier lugar. El cantero siguió el consejo, realizó cuidadosamente sus reproducciones del busto en bloques de mármol negro y vendió un gran número de ellas no solo en Inglaterra, sino también en América. Debe añadirse que este cantero había destacado siempre por su extraordinaria veneración a Shakespeare, que llevó a tal extremo que llegó a asegurar al amigo —de quien luego recibí esta información— que él, que era viudo, ¡se habría vuelto a casar solo si hubiera conocido a una mujer que fuera descendiente directa de William Shakespeare!


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105 págs. / 3 horas, 4 minutos / 61 visitas.

Publicado el 28 de enero de 2017 por Edu Robsy.

Señora o Señorita

Wilkie Collins


Novela


Personajes:

Sir Joseph Graybrooke (Caballero)

Richard Turlington (del Comercio con el Levante)

Launcelot Linzie (del Colegio de Cirujanos)

James Dicas (del Registro de Abogados)

Thomas Wildfang (Marinero jubilado)

Señorita Graybrooke (Hermana de Sir Joseph)

Natalie (Hija de Sir Joseph)

Lady Winwood (Sobrina de Sir Joseph)

Amelia Sophia y Dorothea (Hijastras de Lady Winwood)

Tiempo: actual (mediados del siglo XIX)

Lugar: Inglaterra

1. En el mar

La noche había finalizado. El día recién nacido esperaba por avivar su luz en un silencio que se desconoce en tierra firme, el silencio que en un mar en calma precede a la salida del Sol.

No llegaba ni un soplo de aire. El agua, inmóvil, carecía de rizos. El único cambio era el de la luz, que aumentaba poco a poco, con suavidad; el único movimiento era el de la perezosa neblina, que ascendía serpenteando al encuentro del Sol, su amo, hacia el Este del mar. Muy paulatinamente, a medida que el velo etéreo de la mañana se levantaba, se volvía cada vez más fino, hasta que en los primeros rayos de la luz solar se pudo divisar el alto velamen blanco de una goleta.

Un gran silencio reinaba en la embarcación, de proa a popa, igual que el silencio que reinaba en el mar.


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100 págs. / 2 horas, 55 minutos / 125 visitas.

Publicado el 28 de enero de 2017 por Edu Robsy.