La Herencia de Keireddin
Joan Carlos Vinent
novela
1 pág. / 1 minuto / 111 visitas.
Publicado el 8 de mayo de 2016 por Juan Carlos Vinent Mercadal.
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Publicado el 8 de mayo de 2016 por Juan Carlos Vinent Mercadal.
Protegido por copyright
1 pág. / 1 minuto / 125 visitas.
Publicado el 3 de enero de 2018 por Iván Incerti Morales.
Protegido por copyright
1 pág. / 1 minuto / 1 visita.
Publicado el 3 de enero de 2018 por Iván Incerti Morales.
San Salvador, enero de 2017.
1 pág. / 1 minuto / 31 visitas.
Publicado el 19 de diciembre de 2018 por Manuel Cerón.
Le recuerdo entonces que fue Umberto Eco quien escribió que «los libros siempre hablan de otros libros y cada historia cuenta una historia ya contada».
El pecho
David, abre el telón
relatándonos en un santiamén (dos que tres páginas) su proceso de «incubación»
de cómo va mudando su aspecto físico a un pecho de mujer, enérgico y firmemente
excitado. En la fase final de su transformación, atormentado, apela sin éxito por
el uso de morfina y la eutanasia. No obstante, un lector de ilustre orgullo
borgeano humedecerá sus dedos con la lengua y dará otra vuelta de tuerca; para
que la tríada temor-temblor-terror se aproxime estéticamente a él.
1 pág. / 3 minutos / 658 visitas.
Publicado el 15 de diciembre de 2018 por Manuel Cerón.
"El fantasma de Blandings" es una auténtica y original novela de Pseudo Wodehouse. Se trata de aliviar al aficionado que no encuentra más que libros cuyos derechos de autor se han caducado. Muy buenos libros de P.G. Wodehouse, pero aquel talentazo ha emigrado a otros mundos y no parece que tenga ganas de escribir más, por el momento.
Se salvan las dificultades pero se advierte que el autor de esta novela, que va a ser escrita ante sus ojos asombrados, es sólo un aficionado que, al no hallar más libros del genial Wodehouse, se los escribe para uso doméstico y para vivir en la permanente compañía de Lord Emsworth, de su hijo Freddie, de la Emperatriz, de Dunstable, de Bertie, de Jeeves, de Lord Tilbury, y de todas las imposturas que se suceden en el Castillo de Blandings. ¡Aquel Baxter! ¡Aquella Lavender! ¡El pillo de Lord Tílbury, conocido como "maloliente" por el singular Galahad! Qué tiempos ésos que nunca pasan.
Con un rápido giro hacia el sur, el sol inundó Convent Garden y cayó de lleno sobre la esbelta figura de Frederick Altamond Cornwallis Twistleton, quinto conde de Ickenham, que rondaba por los alrededores seguido por su sobrino Pongo, del que es posible obtener informes en el Drones Club, si se pregunta por Oofy Prooser.
En otros tiempos, tío y sobrino corrieron a velocidad de crucero emocionantes aventuras, aprovechando los rayos de luz que en Londres estimulan la fantasía de los condes. Como cuando se hicieron pasar por pedicuros de loros y arreglaron una familia en descomposición.
Licencia limitada
19 págs. / 34 minutos / 45 visitas.
Publicado el 9 de abril de 2019 por Edu Robsy.
Samuel Cramer, que en otros tiempos había firmado bajo el nombre de Manuela de Monteverde varias locuras románticas —en los buenos tiempos del Romanticismo—, es el producto contradictorio entre un pálido alemán y una chilena mulata. Añada a este doble origen una educación francesa y una cultura literaria, y quedará usted menos sorprendido —ya que no satisfecho y edificado— de las complicadas rarezas de este carácter. Samuel tiene la frente pura y noble, los ojos brillantes como gotas de café, la nariz grosera y burlona, los labios impúdicos y sensuales, el mentón cuadrado y déspota, y la cabellera pretenciosamente rafaelesca. Es a la vez un gran holgazán, un triste ambicioso y un ilustre infeliz; ya que en toda su vida no ha tenido más que ideas a medias. El sol de la pereza que resplandece sin cesar en su interior, vaporiza y consume aquella mitad de genio con que el cielo lo ha dotado. Entre todos los medio-grandes hombres que he conocido en esta terrible vida parisina, Samuel fue, más que cualquier otro, el hombre de las bellas obras fallidas; criatura fantástica y enfermiza, cuya poesía brilla más en su persona que en sus obras, y que, hacia la una de la mañana, entre el resplandor de un fuego de carbón y el tic-tac de un reloj, se me muestra siempre como el dios de la impotencia, dios moderno y hermafrodita, ¡impotencia tan colosal y enorme que torna épica!
Dominio público
33 págs. / 59 minutos / 535 visitas.
Publicado el 19 de agosto de 2016 por Edu Robsy.
El deseo que tenía, curioso lector, de contarte mi vida me daba tanta priesa para engolfarte en ella sin prevenir algunas cosas que, como primer principio, es bien dejarlas entendidas —porque siendo esenciales a este discurso también te serán de no pequeño gusto—, que me olvidaba de cerrar un portillo por donde me pudiera entrar acusando cualquier terminista de mal latín, redarguyéndome de pecado, porque no procedí de la difinición a lo difinido, y antes de contarla no dejé dicho quiénes y cuáles fueron mis padres y confuso nacimiento; que en su tanto, si dellos hubiera de escribirse, fuera sin duda más agradable y bien recibida que esta mía. Tomaré por mayor lo más importante, dejando lo que no me es lícito, para que otro haga la baza.
Leer / Descargar texto 'Vida del Pícaro Guzmán de Alfarache'
53 págs. / 1 hora, 34 minutos / 396 visitas.
Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
Loquor de vera dubitatione in mente, et non de ea, quam passim videmus contingere, ubi scilicet verbis, quamvis animus non dubitet, dicit quis se dubitare: non est enim Methodi hoc emendare, sed polius pertinet ad inquisitionem pertinacia: et eius emendationem.
(Hablo de la verdadera duda del espíritu, y no de esa duda frecuente, como cuando se dice que se duda, aunque el espíritu no lo haga, cosa que no corresponde al Método corregir, sino que entra más bien en el estudio de la obstinación y de su tratamiento).
SPINOZA, De intellectus emendatione Tractatus, p. 511
Médeis son tés neóteos kataphoneíto.
(Que nadie menosprecie tu juventud).
1 ad Timotheum 4, 12
Protegido por copyright
54 págs. / 1 hora, 35 minutos / 286 visitas.
Publicado el 3 de julio de 2018 por Edu Robsy.
Ocurrió hace muchos años. Hadleyburg era la ciudad más honesta y austera de todas las regiones circundantes. Había mantenido inmaculada esa reputación durante el curso de tres generaciones, y estaba más orgullosa de ella que de cualquier otra de sus posesiones. Tan orgullosa estaba de ella, y tan ansiosa por asegurar su perpetuación, que comenzaba a enseñar los principios de la conducta honesta desde la misma cuna, y de enseñanzas semejantes construía los pilares de su cultura, a partir de aquel momento hasta todos los años futuros consagrados a la educación de esos niños. Del mismo modo, a través de todos esos años de formación, las tentaciones eran apartadas fuera del camino de la gente joven, de modo que su honestidad tuviera todas las oportunidades de acorazarse y solidificarse, y llegara a integrar los mismos huesos de esos jóvenes. Las ciudades vecinas estaban celosas de esta honorable supremacía y simulaban burlarse del orgullo de Hadleyburg, y lo calificaban de vanidad. Pero de todos modos se veían obligadas a aceptar que verdaderamente Hadleyburg constituía una ciudad incorruptible. Y si se los presionara, también hubieran reconocido que el mero hecho de que un joven proviniera de Hadleyburg era toda la recomendación que necesitaba en el momento de salir de su ciudad natal en busca de un empleo importante.
Protegido por copyright
60 págs. / 1 hora, 45 minutos / 152 visitas.
Publicado el 11 de marzo de 2018 por Edu Robsy.