Que Me Perdonen los Cerdos
Joan Carlos Vinent
opinión, pensamientos
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Publicado el 3 de julio de 2016 por Juan Carlos Vinent Mercadal.
Mostrando 1 a 10 de 12 textos encontrados.
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Publicado el 3 de julio de 2016 por Juan Carlos Vinent Mercadal.
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Publicado el 3 de julio de 2016 por Juan Carlos Vinent Mercadal.
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Publicado el 31 de enero de 2017 por Juan Carlos Vinent Mercadal.
San Salvador, enero de 2017.
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Publicado el 19 de diciembre de 2018 por Manuel Cerón.
¿Pero de qué va la historia sino de la caída de los hombres a causa de la cáscara de plátano que arrojaron los dioses? Sintiéndose acorralada en un bar donde celebra su divorcio con whisky y una amiga de correrías, MM decide tomar el fresco en la casa de campo de un amigo afuera de la ciudad «Déjalo todo», Nevada. El galán y El insensible han caído redondamente embrujados por la simpática mujer que más tarde hace gala de sus dotes de danzarina y la compasión hacia los seres más débiles.
Suceden días bucólicos, noches a cielo y jardines abiertos de par en par pero El galán repentinamente se ve tentado a reafirmar su hombría y junto a El insensible y el tercer hombre, planean ir a cazar caballos (mustang). El tercer hombre, El intrépido, se gana la vida de rodeo en rodeo y por quien MM deja notar una enorme afinidad en su mirada aún sin entender por qué —si es amor maternal o amor erótico—, en la escala Erich Fromm.
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Publicado el 10 de septiembre de 2018 por Manuel Cerón.
Panegírico a ‘Travesuras de la niña mala’ de Mario Vargas Llosa
Me preguntas, querido lector, si alguna vez: ¿un libro ha salvado mi vida?
Mi encuentro con esta novela ocurrió durante mi primer verano en Yanquilandia, hace dieciocho años. En aquel año ejecutaron la sentencia de muerte de Saddam Hussein y, al mismo tiempo, yo había encargado libros por catálogo: Sábato, Gervaise de Latouche y, de Mario Vargas Llosa, ‘Travesuras de la niña mala’ (ed. Alfaguara).
Desde el principio me enganchó (por usar el tópico "atrapar al lector y mantener su interés hasta la última página"). Salí más bien tembloroso. El libro había dado en el blanco. Me había encontrado, pues, con el "lector ideal" de Virginia Woolf: receptivo y reflexivo. Entonces, decía, me sacudió.
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Publicado el 23 de abril de 2024 por Manuel Cerón.
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Publicado el 18 de junio de 2019 por Manuel Cerón.
‘Fue él’ (Acantilado) es una horrorosa lindura del gran polímata Stefan Zweig, donde los celos y la rabia atenazan el corazón de este Pluto y cuando ve que un santiamén ha dejado de ser el rey del hogar, lo cobra caro. En mi canon personal está Chéjov con el legendario cuento ‘La dama del perrito’ (Mestas ediciones). Una historia banal de un añejo donjuán llamado Gúrov que encontrándose en Yalta queda embobado por la bella y misteriosa joven Anna, Anna Serguéiev, quien se ve pasear y llevar «siempre la misma boina» y acompañada de una bolita de “Niebla”, un pomerania blanco. Bendicó el perro ―«clave de la novela»― ‘El gatopardo’ (Losada) se asocia también a su autor, Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Bendicó el perro disecado «que despertaba recuerdos amargos» es arrojado a la basura. Simboliza hacia el final de esta magna obra el pasado en la forma de polvillo en el aire. (¡Ah, sí!, Bendicó sale en la adaptación cinematográfica de Luchino Visconti).
3 págs. / 6 minutos / 455 visitas.
Publicado el 18 de junio de 2019 por Manuel Cerón.
La dirección de El Imparcial me ha confiado la honrosa tarea de estudiar el espíritu francés en estos, para él, tan críticos momentos. Por honrosa que ella sea, no la hubiera aceptado si otros motivos que no fuesen del orden moral se ofreciesen ante mis ojos. Soy viejo, mi salud vacilante; el ruido de la Prensa me ha atemorizado siempre. ¿Por qué pasar «del silencio al estruendo», por qué abandonar el oscuro rincón donde desde hace muchos años hablo en voz baja con aquellos espíritus afines al mío, esparcidos por el ámbito del mundo, sin que la muchedumbre se entere?
¿Por qué? Porque la voz de mi conciencia, esa voz que en todo hombre se va haciendo más poderosa con los años, me lo insinúa con vivas instancias. Cuando tantos millones de seres humanos viven actualmente en Europa, entre sangre los unos, otros entre lágrimas, ¿hay derecho á invocar el temor, la enfermedad ó la vejez? Dejemos murmurar á la vil materia; no es hora de atender á sus rebeldías. Cesó la hora de las chanzas y los regalos; hay que mirar cara á cara á la bárbara realidad y llevar una mano piadosa á las heridas.
Aquí estoy, pues, y lo primero que me cumple hacer es una declaración que debo á mi sinceridad y al respeto de los lectores. No soy un neutral en el sangriento conflicto que hoy aflige á la Humanidad; no lo he sido jamás en disputa alguna que hayan presenciado mis ojos. Pude haberme equivocado; pero siempre me coloqué resueltamente al lado del que, en mi sentir, tenía de su parte la razón y la justicia. Por eso, al estallar la presente guerra, me incliné del lado de la Francia; porque pensé, y sigo pensando, que la razón y la justicia se encuentran de su parte.
Dominio público
91 págs. / 2 horas, 39 minutos / 215 visitas.
Publicado el 21 de septiembre de 2017 por Edu Robsy.
Sr. Editor del Español:
Muy Sr. mío: Hace algunos días que recibí una carta de Cádiz escrita por un sujeto de indudable crédito y veracidad, e impuesto bastante a fondo en los negocios públicos, de la cual he creído conveniente dar a Vd. noticia, porque según veo, Vd. tiene muy pocas directamente de aquel pueblo. Mis noticias no son agradables, y si yo hubiera de publicarlas con mi nombre seguramente no habrían salido de mi cartera; mas como Vd. en estas materias tiene ya poco que perder, quiero decir, como el odio que Vd. ha excitado en muchos de sus paisanos no ha de crecer ni menguar porque diga Vd. algo de nuevo que les disguste, me determino a mandar mis noticias, envueltas en un centón de reflexiones, por si quiere Vd. publicarlas, y, como decimos comúnmente, sufrir por mí las pedradas.
«Ya sabe Vd., dice mi amigo de Cádiz, que yo he sido de los más alegres en materias de revolución de España; pero he venido últimamente a caer en mucho desaliento. Las Cortes, en que teníamos puestas nuestras últimas esperanzas, han errado el golpe, y no han excitado, o no han sabido conservar el espíritu público que podía salvarnos. Perdida la primera ocasión es difícil que puedan hacer nada. Y no es porque no haya en las Cortes hombres de mucho provecho; no porque en general sus individuos carezcan de buena intención, ni patriotismo, sino porque, siendo muy buenos, no son lo que las circunstancias de España exigían: han hablado y no han hecho nada. El Consejo de Regencia participa en sumo grado de la debilidad de todos los anteriores gobiernos; pero ¿quién había de creer que tiene acaso preocupaciones más dañosas que aquéllos? ¿Quién había de creer que un hombre de los talentos de Blake, había de incurrir en el error de oponerse al único medio de formar un tal cual ejército, quiero decir, la admisión de oficiales ingleses y austríacos?».
Dominio público
100 págs. / 2 horas, 55 minutos / 212 visitas.
Publicado el 5 de mayo de 2019 por Edu Robsy.