La Perfecta Casada
Fray Luis de León
Tratado, Religión
A Doña María Varela Osorio
123 págs. / 3 horas, 36 minutos / 902 visitas.
Publicado el 15 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
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A Doña María Varela Osorio
123 págs. / 3 horas, 36 minutos / 902 visitas.
Publicado el 15 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
1. Grande eres, Señor, e inmensamente digno de alabanza; grande es tu poder y tu inteligencia no tiene límites. Y ahora hay aquí un hombre que te quiere alabar. Un hombre que es parte de tu creación y que, como todos, lleva siempre consigo por todas partes su mortalidad y el testimonio de su pecado, el testimonio de que tú siempre te resistes a la sobrebia humana. así pues, no obstante su miseria, ese hombre te quiere alabar. Y tú lo estimulas para que encuentre deleite en tu alabanza; nps creaste para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti.
Y ahora, Señor, concédeme saber qué es primero: si invocarte o alabarte; o si antes de invocarte es todavía preciso conocerte.
2. Pues, ¿quién te podría invocar cuando no te conoce? Si no te conoce bien podría invocar a alguien que no eres tú.
¿O será, acaso, que nadie te puede conocer si no te invoca primero? Mas por otra parte: ¿Cómo te podría invocar quien todavía no cree en ti; y cómo podría creer en ti si nadie te predica?
Alabarán al Señor quienes lo buscan; pues si lo buscan lo habrán de encontrar; y si lo encuentran lo habrán de alabar.
Haz pues, Señor, que yo te busque y te invoque; y que te invoque creyendo en ti, pues ya he escuchado tu predicación. Te invoca mi fe. Esa fe que tú me has dado, que infundiste en mi alma por la humanidad de tu Hijo, por el ministerio de aquel que tú nos enviaste para que nos hablara de ti.
1. ¿Y cómo habré de invocar a mi Dios y Señor? Porque si lo invoco será ciertamente para que venga a mí. Pero, ¿qué lugar hay en mí para que a mí venga Dios, ese Dios que hizo el cielo y la tierra? ¡Señor santo! ¿Cómo es posible que haya en mí algo capaz de ti? Porque a ti no pueden contenerte ni el cielo ni la tierra que tú creaste, y yo en ella me encuentro, porque en ella me creaste.
Dominio público
146 págs. / 4 horas, 17 minutos / 2.388 visitas.
Publicado el 28 de octubre de 2017 por Edu Robsy.
De la plenitud de gracia con que la Madre de Dios fue prevenida para hospedar al Verbo Eterno. Primer ejemplar de una perfecta Comunión
Para antes de comulgar
Dominio público
133 págs. / 3 horas, 53 minutos / 843 visitas.
Publicado el 18 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.
J H S
Pocas cosas que me ha mandado la obediencia se me han hecho tan dificultosas como escribir ahora cosas de oración; lo uno, porque no me parece que me da el Señor espíritu para hacerlo, ni deseo; lo otro, por tener la cabeza tres meses ha con un ruido y flaqueza tan grande, que an los negocios forzosos escribo con pena; mas entendiendo que la fuerza de la obediencia suele allanar cosas que parecen imposibles, la voluntad se determina a hacerlo muy de buena gana, anque el natural parece que se aflige mucho; porque no me ha dado el Señor tanta virtud, que el pelear con la enfermedad contino y con ocupaciones de muchas maneras, se pueda hacer sin gran contradicción suya. Hágalo el que ha hecho otras cosas más dificultosas por hacerme merced, en cuya misericordia confío.
Dominio público
177 págs. / 5 horas, 11 minutos / 2.157 visitas.
Publicado el 19 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.
JHS
1. Quisiera yo que, como me han mandado y dado larga licencia para que escriba el modo de oración y las mercedes que el Señor me ha hecho, me la dieran para que muy por menudo y con claridad dijera mis grandes pecados y ruin vida. Diérame gran consuelo. Mas no han querido, antes atádome mucho en este caso. Y por esto pido, por amor del Señor, tenga delante de los ojos quien este discurso de mi vida leyere, que ha sido tan ruin que no he hallado santo de los que se tornaron a Dios con quien me consolar. Porque considero que, después que el Señor los llamaba, no le tornaban a ofender. Yo no sólo tornaba a ser peor, sino que parece traía estudio a resistir las mercedes que Su Majestad me hacía, como quien se veía obligada a servir más y entendía de sí no podía pagar lo menos de lo que debía.
2. Sea bendito por siempre, que tanto me esperó, a quien con todo mi corazón suplico me dé gracia para que con toda claridad y verdad yo haga esta relación que mis confesores me mandan (y aun el Señor sé yo lo quiere muchos días ha, sino que yo no me he atrevido) y que sea para gloria y alabanza suya y para quede aquí adelante, conociéndome ellos mejor, ayuden a mi flaqueza para que pueda servir algo de lo que debo al Señor, a quien siempre alaben todas las cosas, amén.
Dominio público
351 págs. / 10 horas, 14 minutos / 1.449 visitas.
Publicado el 11 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
Soy creado y ser me han dado
para que Dios fuese honrado
y caí en mucho pecado,
a ira de Dios enfrentado.
Vino a mí el Crucificado,
porque Dios fuese por mí amado.
Al alba fui a pedir perdón
a Dios, y tomé confesión
con dolor y contrición.
De caridad, oración,
esperanza, devoción,
Dios me dio conservación.
El monasterio de Miramar
hice a frailes menores dar
para a los moros predicar.
Entre viña e hinojal,
tomóme amor, Dios me hizo amar
y entre suspiro y llanto estar.
Dios Padre, Hijo, Dios inspirado,
que Trinidad Santa ha espirado,
vi de que fuesen demostrados.
Dios Hijo del cielo ha bajado;
por una virgen fue alumbrado,
Dios y hombre, Cristo llamado.
El mundo estaba en condenación;
murió para dar salvación
Jesús, que el mundo creó.
Sobre el trueno al cielo subió:
juzgará al bueno y al felón,
no valdrá el llanto a su perdón.
Un saber nuevo yo he encontrado;
por él lo cierto será claro
y se destruirá lo falso.
Serán los moros bautizados,
judíos, tártaros y errados,
por el saber que Dios me ha dado.
Tomé la cruz; envío amores
a la Señora de pecadores
que de ella mucho me socorren.
Mi corazón, casa de amores,
mis ojos, fontanas que lloren.
Entre gozos estoy y dolores.
Soy viejo, pobre, despreciado,
por ningún hombre ayudado
y lo que emprendo es demasiado.
Mucho por el mundo he buscado;
muy buen ejemplo en él he dado:
poco soy conocido y amado.
Quiero morir en piélago de amor.
No por grandes me dan terror
mal príncipe o mal pastor.
A diario pienso en el deshonor
que hace a Dios un gran señor
que pone al mundo en el error.
Protegido por copyright
1 pág. / 2 minutos / 379 visitas.
Publicado el 8 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
Dios, con virtud de toda bondad, grandeza, eternidad,
poder, sabiduría y voluntad, comienza este
Libro de maravillas
En tristeza y pesadumbre se hallaba un hombre en extraña tierra. Mucho se maravillaba de las gentes de este mundo, de cuán poco conocían y amaban a Dios, que ha creado este mundo y lo ha dado a los hombres con gran nobleza y bondad, para ser de ellos muy amado y conocido. Lloraba y se lamentaba este hombre de que Dios tenga en este mundo tan pocos amadores, servidores y loadores. Y para que Dios sea conocido, amado y servido, hace este Libro de maravillas, el cual divide en diez partes, a saber: Dios, Ángeles, Cielo, Elementos, Plantas, Metales, Animales, Hombre, Paraíso, Infierno.
Aquel hombre tenía un hijo a quien mucho amaba, llamado Félix, y le habló de esta suerte:
—Hijo amado, casi muertas están sabiduría, caridad y devoción; apenas hay hombre alguno que haga aquello para lo que ha sido creado. No existe hoy el fervor y la devoción que haber solía en tiempos de los apóstoles y de los mártires, que para conocer y amar a Dios pasaban trabajos y morían. Maravilla ha de serte la ausencia de caridad y devoción. Ve por el mundo, y maravíllate de los hombres, porque cesan de amar y conocer a Dios. Que el conocimiento y amor de Dios sean tu vida toda; llora la flaqueza de los hombres que a Dios ignoran y desaman.
Obediente fue Félix a su padre, de quien se despidió con su licencia y la bendición de Dios. Y, con la doctrina adquirida de su padre, recorría bosques, montes y llanos, desiertos y poblados, veía a príncipes y caballeros, iba por castillos y ciudades; y maravillábase de las maravillas que hay en el mundo; y preguntaba lo que no entendía, y enseñaba lo que sabía; y en trabajo y peligros se ponía para que a Dios se hiciera reverencia y honor.
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521 págs. / 15 horas, 12 minutos / 622 visitas.
Publicado el 8 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
De las calamidades de nuestros tiempos, que, como vemos, son muchas y muy graves, una es, y no la menor de todas, muy ilustre señor, el haber venido los hombres a disposición que les sea ponzoña lo que les solía ser medicina y remedio, que es también claro indicio de que se les acerca su fin, y de que el mundo está vecino a la muerte, pues la halla en la vida.
Notoria cosa es que las Escrituras que llamamos sagradas las inspiró Dios a los profetas, que las escribieron para que nos fuesen, en los trabajos de esta vida, consuelo, y en las tinieblas y errores de ella, clara y fiel luz; y para que en las llagas que hacen en nuestras almas la pasión y el pecado, allí, como en oficina general, tuviésemos para cada una propio y saludable remedio. Y porque las escribió para este fin, que es universal, también es manifiesto que pretendió que el uso de ellas fuese común a todos, y así, cuanto es de su parte, lo hizo; porque las compuso con palabras llanísimas y en lengua que era vulgar a aquellos a quienes las dio primero.
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Publicado el 27 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
Aquí comenzaremos la antigua historia llamada Quiché. Aquí escribiremos, comenzaremos el antiguo relato del principio, del origen, de todo lo que hicieron en la ciudad Quiché los hombres de las tribus Quiché. Aquí recogeremos la declaración, la manifestación, la aclaración de lo que estaba escondido, de lo que fue iluminado por los Constructores, los Formadores, los Procreadores, los Engendradores; sus nombres: Maestro Mago del Alba, Maestro Mago del Día (Gran Cerdo del Alba), Gran Tapir del Alba, Dominadores, Poderosos del Cielo, Espíritus de los Lagos, Espíritus del Mar, Los de la Verde Jadeita, Los de la Verde Copa; así decíase. Rogábase con ellos, invocábase con ellos, a los llamados Abuela, Abuelo, Antiguo Secreto, Antigua Ocultadora, Guarda Secreto, Ocultadora, Abuela que forma parte de la Pareja Mágica de Abuelos, Abuelo de la misma Pareja. Así está dicho en la historia Quiché todo lo que ellos dijeron, lo que ellos hicieron, en el alba de la vida, en el alba de la historia. Pintaremos lo que pasó antes de la Palabra de Dios, antes del Cristianismo: lo reproduciremos porque no se tiene ya más la visión del Libro del Consejo , la visión del alba de la llegada de ultramar, de nuestra vida en la sombra , la visión del alba de la vida, como se dice.
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109 págs. / 3 horas, 11 minutos / 377 visitas.
Publicado el 28 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
Diga lo que quiera de mí el común de los mortales, pues no ignoro cuán mal hablan de la Estulticia incluso los más estultos, soy, empero, aquélla, y precisamente la única que tiene poder para divertir a los dioses y a los hombres. Y de ello es prueba poderosa, y lo representa bien, el que apenas he comparecido ante esta copiosa reunión para dirigiros la palabra, todos los semblantes han reflejado de súbito nueva e insólita alegría, los entrecejos se han desarrugado y habéis aplaudido con carcajadas alegres y cordiales, por modo que, en verdad, todos los presentes me parecéis ebrios de néctar no exento de nepente, como los dioses homéricos, mientras antes estabais sentados con cara triste y apurada, como recién salidos del antro de Trofonio.
Al modo que, cuando el bello sol naciente muestra a las tierras su áureo rostro, o después de un áspero invierno el céfiro blando trae nueva primavera, parece que todas las cosas adquieran diversa faz, color distinto y les retorne la juventud, así apenas he aparecido yo, habéis mudado el gesto. Mi sola presencia ha podido conseguir, pues, lo que apenas logran los grandes oradores con un discurso lato y meditado que, a pesar de ello, no logra disipar el malhumor de los ánimos.
En cuanto al motivo de que me presente hoy con tan raro atavío, vais a escucharlo si no os molesta prestarme oídos, pero no los oídos con que atendéis a los predicadores, sino los que acostumbráis a dar en el mercado a los charlatanes, juglares y bufones, o aquellas orejas que levantaba antaño nuestro insigne Midas para escuchar a Pan.
Dominio público
107 págs. / 3 horas, 8 minutos / 965 visitas.
Publicado el 13 de octubre de 2016 por Juan Carlos Vinent Mercadal.