Textos más vistos etiquetados como Teatro | pág. 2

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Yerma

Federico García Lorca


Teatro


Personajes

YERMA
MARÍA
VIEJA PAGANA
DOLORES
LAVANDERA 1ª
LAVANDERA 2ª
LAVANDERA 3ª
LAVANDERA 4ª
LAVANDERA 5ª
LAVANDERA 6ª
MUCHACHA 1ª
MUCHACHA 2ª
HEMBRA
CUÑADA 1ª
CUÑADA 2ª
MUJER 1ª
MUJER 2ª
NIÑOS
JUAN
VÍCTOR
MACHO
HOMBRE 1º
HOMBRE 2º
HOMBRE 3º

Acto primero

Cuadro Primero

(Al levantarse el telón está YERMA dormida con un tabanque de costura a los pies. La escena tiene una extraña luz de sueño. Un pastor sale de puntillas mirando fijamente a YERMA. Lleva de la mano a un niño vestido de blanco. Suena el reloj. Cuando sale el pastor, la luz se cambia por una alegre luz de mañana de primavera. YERMA se despierta.)

CANTO VOZ DENTRO.—

A la nana, nana, nana,
a la nanita le haremos
una chocita en el campo
y en ella nos meteremos.

YERMA.—Juan, ¿me oyes? Juan.

JUAN.—Voy.

YERMA.—Ya es la hora.

JUAN.—¿Pasaron las yuntas?

YERMA.—Ya pasaron.

JUAN.—Hasta luego. (Va a salir.)

YERMA.—¿No tomas un vaso de leche?

JUAN.—¿Para qué?

YERMA.—Trabajas mucho y no tienes tú cuerpo para resistir los trabajos.

JUAN.—Cuando los hombres se quedan enjutos se ponen fuertes como el acero.

YERMA.—Pero tú no. Cuando nos casamos eras otro. Ahora tienes la cara blanca como si no te diera en ella el sol. A mí me gustaría que fueras al río y nadaras y que te subieras al tejado cuando la lluvia cala nuestra vivienda. Veinticuatro meses llevamos casados, y tú cada vez más triste, más enjuto, como si crecieras al revés.

JUAN.—¿Has acabado?


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Dominio público
36 págs. / 1 hora, 4 minutos / 6.150 visitas.

Publicado el 20 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Saverio el Cruel

Roberto Arlt


Teatro, farsa, drama


Personajes

SUSANA
DUEÑA DE LA PENSIÓN
JUAN
HOMBRE 1.º
HOMBRE 2.º
PEDRO
JULIA
JUANA
LUISA
ERNESTO
MUCAMA
DIONISIA
SAVERIO
DEMETRIO
SIMONA
ROBERTO
CADDIE
MARÍA
IRVING ESSEL
HERALDO
ERNESTINA
INVITADAS, INVITADOS, VOCES.

Acto primero

Antecámara mixta de biblioteca y vestíbulo. A un costado escalera, enfrente puerta interior, al fondo ventanales.

Escena I

PEDRO, JULIA, SUSANA y JUAN, de edades que oscilan entre 20 y 30 años. JULIA teje en la rueda.

SUSANA (separándose bruscamente del grupo y deteniéndose junto a la escalera). —Entonces yo me detengo aquí y digo: ¿De dónde ha sacado usted que yo soy Susana?

JUAN. —Sí, ya sé, ya sé…

SUSANA (volviendo a la rueda). —Ya debía estar aquí.

PEDRO (consultando su reloj). —Las cinco.

JUAN (mirando su reloj). —Tu reloj adelanta siete minutos. (A SUSANA). —¡Bonita farsa la tuya!

SUSANA (de pie, irónicamente). —Este año no dirán en la estancia que se aburren. La fiesta tiene todas las proporciones de un espectáculo.

JULIA. —Es detestable el procedimiento de hacerle sacar a otro las castañas del fuego.

SUSANA (con indiferencia). —¿Te parece? (JULIA no contesta. SUSANA a JUAN). No te olvides.

JUAN. —Noo. (Mutis de SUSANA).

PEDRO. —¡Qué temperamento!

JULIA (sin levantar la cabeza del tejido). —Suerte que mamá no está. No le divierten mucho estas invenciones.

PEDRO. —Mamá, como siempre, se reiría al final.


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Dominio público
36 págs. / 1 hora, 4 minutos / 652 visitas.

Publicado el 27 de julio de 2023 por Edu Robsy.

Lisístrata

Aristófanes


Teatro, comedia


Noticia preliminar

Lisístrata, como quien dice Pacífica, pues la etimología de esta palabra hace pensar en el licenciamiento de las tropas, es un nombre muy adecuado a la protagonista de una comedia cuyo objeto, como el de Los Acarnienses, Las Aves y La Paz, es apartar a los atenienses de una guerra interminable y desastrosa.

Lisístrata, esposa de uno de los ciudadanos más influyentes de Atenas, harta de los males de la guerra que afligen a su patria, y viendo el ningún interés que el pueblo manifiesta por terminarlos, decídese a hacerlo por sí misma, reuniendo al efecto a las mujeres de su país y de los demás pueblos beligerantes, y comprometiéndolas solemnemente a abstenerse de todo trato con sus maridos mientras estos no estipulen la deseada paz. Al mismo tiempo que se pacta esta resistencia pasiva, otras mujeres se apoderan de la ciudadela y se hacen cargo del tesoro en ella custodiado, persuadidas de que la falta de recursos contribuirá no menos que los estímulos del amor, a la pacificación de Grecia. En efecto, el miedo de perder su salario de jueces trae pronto a las puertas de la ciudadela una turba de viejos animados de proyectos incendiarios, que son rechazados mediante un diluvio de agua y otro de desvergüenzas, que las sitiadas y el refuerzo de otra legión mujeril arrojan sin consideración sobre todos ellos.

Un magistrado que acude después es también víctima del descoco femenino, y ve arrollados y sopapeados por la nata y flor de las verduleras atenienses a todos los arqueros de su guardia.

No obstante este triunfo, la situación va haciéndose insostenible dentro y fuera de la ciudadela. A Lisístrata le cuesta un trabajo infinito evitar la deserción de sus soldados, que inventan mil pretextos especiosos para volver a sus casas; mientras los hombres no aciertan a vivir más tiempo separados de sus mujeres.


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Dominio público
35 págs. / 1 hora, 1 minuto / 1.341 visitas.

Publicado el 4 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Antígona

Sófocles


Teatro, Tragedia


Personajes

ISMENA, hija de Edipo
ANTÍGONA, hija de Edipo
CREÓN, rey de Tebas.
EURÍDICE, esposa de Creón.
HEMÓN, hijo de Creón.
TIRESIAS, adivino.
UN MENSAJERO.
UN GUARDA.
UN ESCLAVO.
CORO, compuesto de ancianos de Tebas.

Acto primero

Escena I

ANTÍGONA, ISMENA

Antígona:
Cara Ismena, cara hermana, conocidos os son el número y la extensión de los males que nos ha legado Edipo, y hasta qué punto Zeus, durante nuestra vida, ha querido abatirnos. Parecía, hasta ahora, que no los hubiera tan sensibles, tan crueles, tan afrentosos, que vos y yo no los hubiésemos sufrido; y ahora ¿sabéis qué edicto se dice que el Rey acaba de hacer publicar por toda Tebas? ¿Lo habéis oído, o ignoráis acaso todavía las indignidades que nuestros enemigos preparan contra los que nos son amados?

Ismena:
¡Oh cara Antígona! Nada agradable o ingrato acerca del destino de nuestros amigos ha llegado a mis oídos desde que en un solo día nos vimos privadas de nuestros dos hermanos, muertos a la vez de las heridas que se habían causado, y nada nuevo he sabido, feliz o siniestro desde el instante en que el ejército de los argivos desapareció en la obscuridad de la noche última.

Antígona:
Lo sabía; y por eso, deseando tener, secretamente, una conversación con vos, os he hecho salir de palacio.

Ismena:
¿Qué vais a hacerme saber? Parecéis agitada por algún gran designio.


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Dominio público
35 págs. / 1 hora, 2 minutos / 2.231 visitas.

Publicado el 9 de junio de 2016 por Edu Robsy.

Las Ranas

Aristófanes


Teatro, comedia


Noticia preliminar

Baco, en cuyo honor se celebraban los certámenes trágicos y cómicos por haber tenido origen en sus fiestas, cansado de las malísimas tragedias que se representaban después de la muerte de Sófocles y Eurípides, se decide a descender al infierno en busca de un buen poeta. Para conseguir su objeto, y recordando que Hércules había ya realizado empresa tan peligrosa, llama al templo de este héroe, y después de adquirir las noticias necesarias para el viaje, parte acompañado de su esclavo Jantias y disfrazado con la piel de león y la clava de Alcides.

Al llegar a la laguna Estigia, Caronte le admite en su barca, y durante el trayecto óyese el canto de las ranas, que graznan a su sabor, insultando con su estrepitosa alegría las molestias que el dios experimenta. Este episodio completamente desligado de la comedia es, sin embargo, el que le da título.

Después de varias peripecias que ponen de manifiesto la cobardía de Baco, y de sufrir este los insultos y malos tratamientos de dos taberneras y Éaco, que le confunden con Hércules, penetra en el palacio de Plutón, precisamente cuando todo el infierno se halla conmovido por una terrible disputa entre Esquilo y Eurípides, a causa de pretender este ocupar el trono de la tragedia. Baco es elegido juez, y ambos rivales, en una larga escena interesantísima bajo el punto de vista de crítica literaria, se echan en cara todos los vicios y defectos de sus obras. Cansado Esquilo de las sutilezas y argucias de su adversario, propone la prueba decisiva de pesar los versos de uno y otro en una balanza, y consigue un triunfo completo. En vista de lo cual, Baco se lo lleva a la tierra, desentendiéndose del compromiso contraído con Eurípides; y Esquilo, al partir, entrega el cetro trágico a Sófocles, que ha presenciado la discusión con un silencio lleno de modestia.


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Dominio público
42 págs. / 1 hora, 13 minutos / 547 visitas.

Publicado el 18 de abril de 2023 por Edu Robsy.

El Médico a Palos

Molière


Teatro, Comedia


Advertencia

Escribió Moratín la traducción libre de la comedia de Molière, titulada Le Médecin malgré lui, para que la representase en un día destinado a su beneficio el gracioso de la compañía cómica de Barcelona, Felipe Blanco, a quien debía particulares atenciones de amistad. Siguió en la versión de esta pieza los mismos principios que le había dirigido en las precedente. Simplificó la acción, despojándola de cuanto le pareció inútil en ella. Suprimió tres personajes, MM. Robert, Thibaut y Perrin, y por consiguiente dejo perder la graciosa escena segunda del primer acto y la segunda del tercero, para no interrumpir la fábula con distracciones meramente episódicas, sujetándola a la estrecha economía que pide el arte, sin la cual, a fuerza de ornatos viciosos, se entorpece la progresión dramática y se debilita el interés. Redujo a tres las cinco palizas que hallo en la pieza original. Paso en silencio la existencia inútil de un amante que no aparece en la escena, y esta omisión le facilito el medio de dar a la resistencia obstinada de Don Jerónimo un motivo más cómico, y más naturalidad al desenlace.

Omitió igualmente las lozanías y expresiones demasiado alegres del supuesto medico, que no se hubieran tolerado en ningún teatro de España, y se hallan en la escena primera del primer acto, en las cuarta, quinta y séptima del segundo y en la tercera del tercero de la obra francesa; y persuadido de que las imágenes asquerosas, ni son donaires cómicos, ni deben presentarse jamás a un auditorio decente, omitió lo que hay de este genero en la escena sexta, acto segundo, y en la quinta, acto tercero, del original. Si Moliere viviese, haría en ésta y en otras piezas suyas las mismas correcciones con más severidad y mayor acierto.


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Dominio público
31 págs. / 55 minutos / 1.796 visitas.

Publicado el 8 de abril de 2018 por Edu Robsy.

Otelo

William Shakespeare


Teatro, Drama


PERSONAJES

DUX DE VENECIA.

El senador BRABANCIO.

GRACIANO, su hermano.

LUIS, su pariente.

Varios Senadores.

OTELO, moro al servicio de la República.

CASIO, teniente suyo.

YAGO, su alférez.

RODRIGO, caballero veneciano.

MONTANO, gobernador de Chipre antes que Otelo.

Un criado de Otelo.

DESDÉMONA, hija de Brabancio y mujer de Otelo.

EMILIA, mujer de Yago.

BLANCA, querida de Casio.

UN MARINERO, UN NUNCIO, UN PREGONERO, ALGUACILES, MÚSICOS, CRIADOS, etc.

ACTO I.

ESCENA PRIMERA.

Una calle en Venecia.

RODRIGO y YAGO.

RODRIGO.

No vuelvas á tocar esa cuestion, Yago: mucho me pesa que estés tan enterado de eso tú á quien confié mi bolsa, como si fuera tuya.

YAGO.

¿Por qué no me ois? Si alguna vez me ha pasado tal pensamiento por la cabeza, castigadme como os plazca.

RODRIGO.

¿No me dijiste que le aborrecias?

YAGO.

Y podeis creerlo. Más de tres personajes de esta ciudad le pidieron con la gorra en la mano que me hiciese teniente suyo. Yo sé si valgo como soldado y si sabria cumplir con mi obligacion. Pero él, orgulloso y testarudo se envuelve en mil retóricas hinchadas y bélicas metáforas, y acaba por decirles que no, fundado en que ya tiene su hombre. ¿Y quién es él? Un tal Miguel Casio, florentino, gran matemático, lindo y condenado como una mujer hermosa. Nunca ha visto un campo de batalla, y entiende tanto de guerra como una vieja. No sabe más que la teoría, lo mismo que cualquier togado. Habilidad y práctica ninguna. Á ese ha preferido, y yo que delante de Otelo derramé tantas veces mi sangre en Chipre, en Rodas y en otras mil tierras de cristianos y de gentiles, le he parecido inferior á ese necio sacacuentas. Él será el teniente del moro, y yo su alférez.

RODRIGO.


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Dominio público
75 págs. / 2 horas, 11 minutos / 4.445 visitas.

Publicado el 26 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

La Zapatera Prodigiosa

Federico García Lorca


Teatro


Personajes

ZAPATERA
VECINA ROJA
VECINA MORADA
VECINA NEGRA
VECINA VERDE
VECINA AMARILLA
BEATA PRIMERA
BEATA SEGUNDA
SACRISTANA
EL AUTOR
ZAPATERO
EL NIÑO
ALCALDE
DON MIRLO
MOZO DE LA FAJA
MOZO DEL SOMBRERO
HIJAS DE LA VECINA ROJA
VECINAS, BEATAS, CURAS Y PUEBLO

Prólogo

Cortina gris.

Aparece el Autor. Sale rápidamente. Lleva una carta en la mano.


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Dominio público
35 págs. / 1 hora, 1 minuto / 5.640 visitas.

Publicado el 20 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Luces de Bohemia

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Esperpento


DRAMATIS PERSONAE

MAX ESTRELLA, SU MUJER MADAME COLLET Y SU HIJA CLAUDINITA.
DON LATINO DE HISPALIS.
ZARATUSTRA.
DON GAY. UN PELÓN.
LA CHICA DE LA PORTERA.
PICA LAGARTOS.
UN COIME DE TABERNA.
ENRIQUETA LA PISA BIEN.
EL REY DE PORTUGAL.
UN BORRACHO.
DORIO DE GADEX, RAFAEL DE LOS VÉLEZ, LUCIO VERO, MÍNGUEZ, GÁLVEZ, CLARINITO Y PÉREZ, JÓVENES MODERNISTAS.
PITITO, CAPITÁN DE LOS ÉQUITES MUNICIPALES.
UN SERENO.
LA VOZ DE UN VECINO.
DOS GUARDIAS DEL ORDEN.
SERAFÍN EL BONITO.
UN CELADOR.
UN PRESO.
EL PORTERO DE UNA REDACCIÓN.
DON FILIBERTO, REDACTOR EN JEFE.
EL MINISTRO DE LA GOBERNACIÓN.
DIEGUITO, SECRETARIO DE SU EXCELENCIA.
UN UJIER.
UNA VIEJA PINTADA Y LA LUNARES.
UN JOVEN DESCONOCIDO.
LA MADRE DEL NIÑO MUERTO.
EL EMPEÑISTA.
EL GUARDIA.
LA PORTERA.
UN ALBAÑIL.
UNA VIEJA.
LA TRAPERA.
EL RETIRADO, TODOS DEL BARRIO.
OTRA PORTERA.
UNA VECINA.
BASILIO SOULINAKE.
UN COCHERO DE LA FUNERARIA.
DOS SEPULTUREROS.
RUBÉN DARÍO.
EL MARQUÉS DE BRADOMÍN.
EL POLLO DEL PAY-PAY.
LA PERIODISTA.
TURBAS, GUARDIAS, PERROS, GATOS, UN LORO.

La acción en un Madrid absurdo, brillante y hambriento

ESCENA PRIMERA

Hora crepuscular. Un guardillón con ventano angosto, lleno de sol. Retratos, grabados, autógrafos repartidos por las paredes, sujetos con chinches de dibujante. Conversación lánguida de un hombre ciego y una mujer pelirrubia, triste y fatigada. El hombre ciego es un hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales, MÁXIMO ESTRELLA. A la pelirrubia, por ser francesa, le dicen en la vecindad MADAMA COLLET.

MAX: Vuelve a leerme la carta del Buey Apis.

MADAMA COLLET: Ten paciencia, Max.

MAX: Pudo esperar a que me enterrasen.

MADAMA COLLET: Le toca ir delante.


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Dominio público
63 págs. / 1 hora, 51 minutos / 3.810 visitas.

Publicado el 19 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

Las Nubes

Aristófanes


Teatro, comedia


Personajes

ESTREPSÍADES, agricultor ateniense.
FIDÍPIDES, su hijo.
UN ESCLAVO DE ESTREPSÍADES.
UN DISCIPULO DE SOCRATES.
SÓCRATES, el filósofo.
EL CORO DE NUBES, en figura de mujeres.
EL ARGUMENTO MEJOR, representado como un hombre mayor de porte antiguo.
EL ARGUMENTO PEOR, un joven con atuendo moderno.
EL ACREEDOR 1
EL ACREEDOR 2
QUEROFONTE, discípulo de Sócrates.
PERSONAJES MUDOS: Discípulos de Sócrates; Testigos del Acreedor 1º; Jantias, esclavo de ESTREPSÍADES; otros esclavos.

Primer Acto

Hay dos casas, una grande, que pertenece a ESTREPSÍADES y otra pequeña, en la que viven SÓCRATES y sus discípulos. Ante la casa deESTREPSÍADES, en primer plano, se simula un interior. Es todavía de noche. Ocupan sendas camas ESTREPSÍADES y su hijo FIDÍPIDES. El padre da vueltas en la cama y acaba por levantarse.

ESTREPSÍADES. ¡Ay, ay, Zeus soberano!, ¡qué larga es la noche! Es interminable. ¿Nunca se hará de día? La verdad es que he oído hace un rato cantar al gallo, pero los esclavos aún están roncando. Antes no hubiera pasado esto. ¡Maldita seas, guerra, maldita por tantas y tantas cosas, cuando ya ni siquiera puedo castigar a los esclavos!


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Dominio público
51 págs. / 1 hora, 29 minutos / 1.553 visitas.

Publicado el 3 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

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