Perro de Sulky
Francisco A. Baldarena
cuento
1
Lo llamaban Sombra, porque siempre estaba tirado debajo del sulky. Un galgo negro como un carbón que no servía ni pa perro, como decía su dueño, don Rigoberto Benavídes. Y que se note que digo estaba y no andaba, porque de hecho cuando no acompañaba trotando debajo a don Rigoberto cuando él usaba el sulky, el Sombra se mantenía echado a su reparo. Y se dirá que exagero, si digo que no salía de debajo del sulky más que para lo mínimo indispensable y que se entienda esto como lo más básico de lo básico, es decir, para sus necesidades fisiológicas y para comer, siempre y cuando no pudiera llevarse la comida debajo del sulky, además de beber en el bebedero de las vacas. Después no había santo que lo hiciera moverse de ahí. Podían caer rayos y centellas que lo máximo que hacía era pararse para no encharcarse el cuerpo; los extraños podían entrar como pancho por su casa y llevarse todas las vacas y todos los chanchos y el gallinero entero que muy posiblemente ni se molestaría en ladrar. Y si una perra alzada quería aparearse con él, tenía que arrimarse debajo del carro, de lo contrario, que se la montara el perro de la esquina.
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Publicado el 1 de junio de 2021 por Francisco A. Baldarena .