Textos mejor valorados publicados el 2 de mayo de 2016

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fecha: 02-05-2016


La Vida del Lazarillo de Tormes y de sus Fortunas y Adversidades

Anónimo


Novela, Clásico


Prólogo

Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite; y a este propósito dice Plinio que no hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena; mayormente que los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello. Y así vemos cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo son. Y esto, para ninguna cosa se debría romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar della algún fruto; porque si así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y lean sus obras, y si hay de qué, se las alaben; y a este propósito dice Tulio: "La honra cría las artes." ¿Quién piensa que el soldado que es primero del escala, tiene más aborrecido el vivir? No, por cierto; mas el deseo de alabanza le hace ponerse en peligro; y así, en las artes y letras es lo mesmo. Predica muy bien el presentado, y es hombre que desea mucho el provecho de las ánimas; mas pregunten a su merced si le pesa cuando le dicen: "¡Oh, qué maravillosamente lo ha hecho vuestra reverencia!" Justó muy ruinmente el señor don Fulano, y dio el sayete de armas al truhán, porque le loaba de haber llevado muy buenas lanzas. ¿Qué hiciera si fuera verdad?

Y todo va desta manera: que confesando yo no ser más santo que mis vecinos, desta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesará que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades.


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Dominio público
62 págs. / 1 hora, 49 minutos / 1.418 visitas.

Publicado el 2 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Despertar para Morir

Concha Espina


Novela


LIBRO PRIMERO. LA QUINTA DE LAS PALMERAS

I

—Aquí hacemos verdadera vida de campo—decía la marquesa con negligente ademán—; aquí saboreamos los placeres de «la escondida senda»... Mis hijas están encantadas de esta libertad... Años hace que tenían el antojo de pasar un verano en Las Palmeras, aburridas ya de Biarritz, de San Sebastián... de San Juan de Luz...

Sonriendo amablemente, López, el condiscípulo provinciano del marqués, repetía:

—Muy bien... muy bien... perfectamente...

Y en sus ojos grises y fríos, que miraban al rostro bello de la dama, había una expresión de refinada picardía.

—El campo—añadió la marquesa—es para mí una deliciosa novedad. Estos paisajes, esta paz, este silencio, son como un baño del alma... Aquí se siente uno más joven... ¿No es cierto, amigo mío?... En las grandes ciudades se vive tan deprisa que hasta los muchachos de quince años tienen allí señales de prematura vejez... ¡Quién pudiera vivir siempre en el campo!... Los que ocupamos cierta posición en el mundo, somos igual que los reyes, prisioneros de nosotros mismos... Sólo el que es pobre es libre...

Con un tono de profunda cordialidad, asentía López:

—Perfectamente... mucho que sí...

Y estaba pensando el buen señor:—Mi ilustre amiga la marquesa de Coronado, siente ahora inclinaciones á la vida pastoril... á la santa pobreza... ¡Coqueterías y caprichos de mujer guapa y ociosa!... Y ¡cuidado que es guapa... todavía! Me parece una figura de Rubens... con un poquito de malicia meridional... Juraría haber visto su retrato en la galería de los Médicis.


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181 págs. / 5 horas, 16 minutos / 544 visitas.

Publicado el 2 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Agua de Nieve

Concha Espina


Novela


A ISABEL CARRANCEJA

Amiga y señora: Recibid con buen semblante esta novela, nacida en noble cuna, pues se escribió en vuestra casa al amparo de generosa hospitalidad. Si la dulzura del asilo que me disteis y la grandeza de esas marinas y paisajes montañeses no fueron parte á producir obra más bella, cúlpese á mi pobre ingenio, harto ruin, que no supo recoger de tantas hermosuras sino vedijas de niebla, pedazos de hielo y salitres de la mar. Pero la lumbre de vuestro corazón, al reflejarse en estas páginas, habrá de encenderlas con suavísimos resplandores, como sol de Mayo, alegría del agua y de la nieve...

Concha Espina


LIBRO PRIMERO. LA VIAJERA RUBIA


I

en el lazareto de san simón.—regina de alcántara.—el espejo turbio.—los misterios de una noche de mayo.—la felicidad descalza.

Tocó el bote dulcemente en la tierra, tierra frondosa y húmeda que emergía de las aguas como un jirón de los blandos vergeles submarinos. Regina de Alcántara, moza elegante y gentilísima, de ojos negros y cabellos rubios, desembarcó de un salto, rápida y leve, sin advertir que un pasajero le tendía, solícito, la mano. Dió la muchacha algunos pasos por la costa, con visible emoción, y, de pronto, hincándose de rodillas, hundió en la hierba fragante el demudado rostro. Acarició la mullida tierra con un largo beso y levantóse después; miró en torno suyo algo confusa, y como el mismo pasajero se acercara á decirla:—¿Llora usted?—ella, riendo, contestó:—No lloro... Es que la pradera me ha mojado con sus lágrimas... Esta tierra mía del Norte siempre está llorando...


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243 págs. / 7 horas, 5 minutos / 795 visitas.

Publicado el 2 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Dulce Nombre

Concha Espina


Novela


PRIMERA PARTE

I. EL MOLINO DEL ANSAR

—Oye, molinero!

Volvióse a escuchar Martín Rostrío.

—¿Qué hay?

—Necesito hablarte.

Como era don Ignacio Malgor el que le llamaba, y con acento un poco extraño, el molinero acabó de erguirse sobre el cimadal.

—Cuando quieras.

—¿Dónde?

—Pues... aquí.

—No vamos a entendernos con este ruido.

Observó Martín un instante al indiano, presintiendo algo insólito en la conferencia. Vigiló con mirada solícita el local, y preguntó:

—¿Es un asunto largo?

—Según...

Una mujer, sosegada y madura, teje su calceta a un extremo del salón, sentada en un celemín puesto del revés. A pocos pasos de ella, una joven, niña por las trazas, endeble y menuda, se apoya en el muro, obstinada en mirar cómo surte la harina amarillenta desde el estrangol hasta el cesto de bañías, hondo y reluciente, a medio colmar.

—Poco tienes que decir, Tomasa—pronuncia la tejedora:

—Poco... ¿y usted?

—Yo, menos, hija; pero... no falta quien platique.

—No.

Se vuelven a un tiempo hacia los dos hombres acodados sobre el derrame de una ventana, en íntima conversación, lo más lejos posible de las muelas.

—Se me hace—insinúa la moza con un gesto elocuente—que están apalabrando a Dulce Nombre.

—Mujer, ¿tan de súpito?

—¡Vaya!

—Pero, ¿de verdad la quiere «éste»?

—Así dicen.

—¿Con buen fin?

—Ya lo veremos.

—¿Y Manuel Jesús?

Se encoge Tomasa de hombros; por su semblante desgraciado y turbio pasa un temblor arisco.

—¡Qué sé yo!


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119 págs. / 3 horas, 29 minutos / 436 visitas.

Publicado el 2 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

El Remedio en la Desdicha

Lope de Vega Carpio


Teatro, Comedia


COMEDIA FAMOSA DE LOPE DE VEGA CARPIO

dirigida

A DOÑA MARCELA DEL CARPIO, SU HIJA

Escribió la historia de Jarifa y Abindarráez, Montemayor, autor de la Diana, aficionado a nuestra lengua, con ser tan tierna la suya, y no inferior a los ingenios de aquel siglo; de su prosa, tan celebrada entonces, saqué yo esta comedia en mis tiernos años. Allí pudiérades saber este suceso, que nos calificaron por verdadero las Corónicas de Castilla en las conquistas del reino de Granada; pero si es más obligación acudir a la sangre que al ingenio, favoreced el mío con leerla, supliendo con el vuestro los defectos de aquella edad, pues en la tierna vuestra me parece tan fértil, si no me engaña amor, que pienso que le pidió la naturaleza al cielo para honrar alguna fea, y os le dió por yerro; a lo menos a mis ojos les parece así, que en los que no os han visto pasará por requiebro. Dios os guarde y os haga dichosa, aunque tenéis partes para no serlo, y más si heredáis mi fortuna, hasta que tengáis consuelo, como vos lo sois mío.

Vuestro padre.

PERSONAS

Abindarráez.
Jarifa.
Zoraide.
Alborán.
Narváez.
Nuño.
Alara.
Darín.
Páez.
Bajamed.
Arráez.
Espinosa.
Alvarado.
Cabrera.
Ortuño.
Peralta.
Zara.
Maniloro.
Celindo.
Mendoza.
Ardino.
.Zaro

Representóla Ríos, único representante.


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52 págs. / 1 hora, 32 minutos / 334 visitas.

Publicado el 2 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

La Moza del Cántaro

Lope de Vega Carpio


Teatro, Comedia


PERSONAS

El Conde
Don Juan
Don Diego
Fulgencio, galanes
Don Bernardo, viejo
Pedro
Martín
Lorenzo
Bernal, lacayos
Doña María, dama
Doña Ana, viuda
Lüisa
Leonor
Juana, criadas
Un Alcaide
Un Indiano
Un Mesonero
Un Mozo de Mulas
Músicos.—Lacayos
Acompañamiento

La escena es en Ronda, en Adamuz y Madrid

ACTO PRIMERO

Sala en casa de don Bernardo, en Ronda.

ESCENA PRIMERA

Doña María y Lüisa, con unos papeles

LUISA

Es cosa lo que ha pasado
Para morirse de risa.

DOÑA MARÍA

¿Tantos papeles, Lüisa,
Esos Narcisos te han dado?

LUISA

¿Lo que miras dificultas?

DOÑA MARÍA

¡Bravo amor, brava fineza!

LUISA

No sé si te llame alteza
Para darte estas consultas.

DOÑA MARÍA

Á señoría te inclina,
Pues entre otras partes graves,
Tengo deudo, como sabes,
Con el duque de Medina.

LUISA

Es título la belleza
Tan alto, que te podría
Llamar muy bien señoría,
Y aspirar, Señora, á alteza.

DOÑA MARÍA

¡Lindamente me conoces!
Dasme por la vanidad.

LUISA

No es lisonja la verdad,
Ni las digo, así te goces.
No hay en Ronda ni en Sevilla
Dama como tú.

DOÑA MARÍA

Yo creo,
Lüisa, tu buen deseo.

LUISA

Tu gusto me maravilla.
Á ninguno quieres bien.

DOÑA MARÍA

Todos me parecen mal.

LUISA

Arrogancia natural
Te obliga á tanto desdén.—
Éste es de don Luis.

DOÑA MARÍA


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48 págs. / 1 hora, 24 minutos / 306 visitas.

Publicado el 2 de mayo de 2016 por Edu Robsy.