I
–¿Quieres un cuento oriental en el que pasen caravanas de fetiches
sedientos, caballeros en arqueados dromedarios hacia espejismos de plata
líquida, o prefieres un cuento ruso de la Perspectiva Nevski o de las
desiertas estepas. O la famosa leyenda del Palacio del Hielo o un amor
inédito de Catalina II?...
Puedo contarte una escena florentina, un amor en góndola en Venecia,
un motivo germano o un cuento turco. Si prefieres oirás una venganza de
la vieja Bohemia, una crónica de Albión o una noche del Molino Rojo
ilustrada con minués y colombinas.
Puedes ir en mi relato a los campos en flor de Niza, al tapete verde
de Montecarlo o a un bosque de Pierre Loti con gheisas y guerreros,
lotos, anémonas y crisantemos. Jardines con ciruelos rojos como labios
de mujer y árboles, enguirnaldados en rosa. O te agrada la leyenda del
rey de Ys, y los amores de Dahnt... ¿Grecia?. Te diré de los bosques de
Hircania con afroditas y anadyomenas o será de Roma, el capitolio y los
gladiadores de miradas glaucas y nervudos brazos.
Si quieres te contaré de Pompeya con sus frescos clásicos y
enervantes, leyendas de Petronio, capiteles de Praxiteles, bajorrelieves
eróticos de Fidias y versos sálmicos de Aristipo. Ya sabes tú que he
bebido sangre de las vides de Chipre y del Rhin. Que he pensado a la
sombra de la esfinge y he subido las escalinatas en mármol de los
palacios egipcianos. He visto perderse las líneas del horizonte sobre la
mar verde del Adriático y he subido los alpes nevados...
–Prefiero algo ruso, refinado y sangriento...
Y dije:
...fue en un Sahara de hielo. Una larga extensión de millares de
leguas sin vegetación donde los hielos jamás se derretían, donde ni se
veía salir, ni se ponía el sol. Una claridad velada anunciaba la hora
máxima y el gruñir de osos y lobos hambrientos anunciaba la noche.
Leer / Descargar texto 'El Palacio de Hielo'