AL LECTOR
Las siguientes páginas fueron escritas hace más de veinte años y
desde entonces, se han venido publicando periódicamente en «Household
Words».
Tal como fue publicado originariamente, «El Bribón»
fue acogido muy favorablemente. Año tras año, fui retrasando la
reedición, haciéndome eco de la propuesta de mi viejo amigo Mr. Charles
Reade, que sugería matizar más y alargar las aventuras del héroe en
Australia, pero la oportunidad de llevar a cabo este proyecto, realmente
ha resultado ser una oportunidad perdida de mi vida. Reedito la
historia sin alterar el final original, pero con adiciones ocasionales y
mejoras que, espero, la harán más merececedora de atención en el
momento actual.
El lector crítico, puede observar, posiblemente, un
tono de alegría casi bulliciosa en ciertas partes de estas confesiones
imaginarias. Sólo puedo alegar, en mi defensa, que la historia ofrece el
fiel reflejo de una etapa muy feliz de mi vida pasada. Fue escrita en
París, cuando tuve a Charles Dickens de vecino cercano y compañía
diaria, y cuando gastaba alegremente las horas de ocio con muchos otros
amigos, todos relacionados con la literatura y el arte, de los cuales el
admirable comediante Regnier, es ahora el único sobreviviente. La
revisión de estas páginas ha sido para mí una tarea melancólica. Sólo
puedo esperar que animen los momentos de tristeza de los demás. «El
Bribón» sin duda puede reclamar dos méritos, al menos, a los ojos de la
nueva generación: que esta obra no contiene dos momentos serios
seguidos, y que «no se necesita mucho tiempo para leerlo».
Wilkie Collins.
GLOUCESTER PLACE, LONDRES, 6 de Marzo de 1879.
Información texto 'Confesiones de un Bribón'