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Las Noches Mejicanas

Gustave Aimard


Novela


TOMO I

I. LAS CUMBRES

No existe en el mundo región alguna que ofrezca a los deslumbrados ojos de los viajeros más deliciosas perspectivas que Méjico; sobre todo la de las Cumbres es sin disputa una de las más pasmosas y seductivamente variadas.

Las Cumbres forman una cadena de desfiladeros a la salida de las montañas, al través de las cuales y describiendo infinitas sinuosidades serpentea el camino que conduce a Puebla de los Ángeles, así apellidada por haber los ángeles, según la tradición, labrado la catedral de la misma. El camino a que nos referimos, construido por los españoles, desciende por la vertiente de las montañas formando ángulos sumamente atrevidos, y está flanqueado a derecha y a izquierda por una no interrumpida serie de empinadas aristas anegadas en azulado vapor. A cada recodo de dicho camino, suspendido, por decirlo así, sobre precipicios cubiertos de exuberante vegetación, cambia la perspectiva y se hace cada vez más pintoresca; las cimas de las montañas no se elevan una tras otra, sino que van siendo gradualmente más bajas, mientras las que quedan a la espalda se yerguen perpendicularmente.

Poco más o menos a las cuatro de la tarde del 2 de julio de 18..., en el instante en que el sol, ya bajo en el horizonte, no difundía sino rayos oblicuos sobre la tierra, calcinada por el calor del mediodía, y en que la brisa al levantarse empezaba a refrescar la abrasada atmósfera, dos viajeros, perfectamente montados, salieron de un frondoso bosque de yucas, bananos y bambúes de purpúreos penachos y se internaron en una polvorosa, larga y escalonada senda que afluía a un valle cruzado por límpido arroyo que se deslizaba al través de la hierba y conservaba fresco el ambiente.


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369 págs. / 10 horas, 46 minutos / 75 visitas.

Publicado el 5 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Orlando Furioso

Ludovico Ariosto


Poema épico


Canto I

Huye Angélica sola, mientras Reinaldo procura alcanzar á su fiel caballo que se le ha escapado.—Encendido este guerrero en ira y en amor, ataca al orgulloso Ferragús.—Este pronuncia un nuevo juramento, más terminante que el primero con respecto á apoderarse de un casco.—El Rey de Circasia encuentra con alegría á su amada, y Reinaldo estorba la realizacion de sus planes.

Canto la galantería, las damas, los caballeros, las armas, los amores y las arriesgadas empresas del tiempo en que los moros atravesaron el mar de África é hicieron grandes estragos en Francia, imitando el impetuoso y juvenil ardor de su rey Agramante, el cual se jactaba de vengar la muerte de Trojan en la persona de Carlos, emperador de romanos.

Con respecto á Orlando, referiré cosas que jamás se han dicho en prosa ni en verso; manifestaré cómo se convirtió en un loco furioso aquel hombre tenido siempre como modelo de cordura: ojalá que aquella por quien me falta poco para verme en tal estado, segun lo que va amortiguando mi escaso ingenio, me conceda el suficiente para llevar á cabo lo que prometo.

Y vos, ¡oh Hipólito!, generoso descendiente de Hércules, ornato y esplendor de nuestro siglo, dignaos acoger complaciente este trabajo, única muestra de agradecimiento que le es dable ofreceros á vuestro humilde súbdito. Con mis palabras ó mis escritos puedo solamente pagaros lo que os debo: corto es su valor, pero os aseguro que con ellos os doy todo cuanto me es posible daros.

Entre los esclarecidos héroes que me propongo celebrar en mis versos, oireis recordar á aquel Rugiero, que fué el antiguo tronco de vuestra ilustre familia. Escuchareis el relato de su preclaro valor y memorables hazañas, si os dignais prestarme atencion, y si mis versos logran ocupar un lugar entre vuestros elevados pensamientos.


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Dominio público
952 págs. / 1 día, 3 horas, 47 minutos / 1.453 visitas.

Publicado el 7 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

El Abencerraje

Antonio de Villegas


Cuento


De Antonio de Villegas, Dirigi
do a la Magestad Real del Rey Don
Phelippe, nuestro señor.

Año de M. D. L. X. V.

Este es un vivo retrato de virtud, liberalidad, esfuerço, gentile[z]a y lealtad, compuesto de Rodrigo de Narvaez, y el Abencerraje, y Xarifa, su padre, y el rey de Granad[a d]el qual, aunque los dos formaron y dibuxaron todo el cuerpo, los demas no dexaron de illustrar la tabla, y dar algunos rasguños en ella. Y como el precioso diamante engastado en oro, o en plata, o en plomo, siempre tiene su justo y cierto valor, por los quilates de su oriente: assi la virtud en qualquier dañado subjecto que assiente, resplandesce y muestra sus accidentes: bien que la esencia y efecto de

ella es como el grano que cayendo
ella es como el grano que cayendo
ta, y en la mala se
perdio.


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Dominio público
22 págs. / 39 minutos / 265 visitas.

Publicado el 9 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Almas Errantes

Ricardo Catarineu


Cuento


En la carretera

Es Maizales una blanca y verde aldea imaginaria, blancas las casas, verdes los prados, orilla del río, no lejos de la mar. Acampados ejércitos formidables de maíz, que le dan nombre, del río la separan. Bordea el maizal llana y polvorienta carretera, que limita por el otro lado con alegres colinas. Aquí y allá, en llano o monte, álzanse dispersas muchas casitas albas y relucientes como la nieve al sol. No pocas de ellas son elegantes hotelitos, rodeados de frondosa huerta o florido jardín, resguardados por verjas de hierro pintado de colores chillones.

A la entrada del poblado, y enclavado en el camino, se ve un edificio que, si en la parte alta aspira pomposamente a ser fonda, en la planta baja no quiere ser taberna, sin conseguir ninguna de ambas inofensivas pretensiones. Frente por frente a este hospedaje modesto y limpio, una parra sirve de toldo a la mesa de piedra, en torno de la cual hay siempre rústicos bancos y, en éstos sentados, rústicos ociosos murmuradores.

Como la murmuración no basta a llenar por completo los días de sol, con ella alterna el juego, y para mayor variedad, el tute se hermana con el monte, o tras de la reñida baraja, triunfa el pacífico dominó.

La gallarda moza, más que tabernera y menos que fondista, suelta de andares, rubicunda de rostro, apretada de carnes, viene o va, conforme la llaman o despiden los jugadores, trayendo o llevando las cartas y fichas, el vaso de cerveza, la copa de licor. De esta suerte, al vicioso ningún incentivo le falta: una deleitosa bebida, una partida animada y una buena moza —vino, juego y mujer—, las tres cosas tiene.

La muchacha, para desesperación de sus admiradores, es implacablemente honrada, y así el recreo no pasa de los ojos. El más inocente requiebro lo tomaría como un agravio.


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Dominio público
43 págs. / 1 hora, 15 minutos / 222 visitas.

Publicado el 11 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Pelusa

Luis Coloma


Cuento infantil


Dedicatoria

A Pilarita Azlor Aragón y Guillamas y a Isabelita Silvia y Azlor Aragón

En las largas y solitarias horas de esta mi última enfermedad me imaginaba algunos días que veníais las dos, como tantas otras veces, y apoyadas en mis rodillas me pedíais que os contara un cuento; y para realizar en parte esta dulce ilusión os escribí entonces esta historia de Pelusa.

Creo que esto será lo último que escriba; y no porque piense colgar mi pluma como el bueno de Cervantes, sino porque la enfermedad me la arrebató ya de las manos, y la muerte se encargará pronto de tirarla a la basura, que es el lugar más adecuado.

Espero, sin embargo, que cuando las dos seáis unas viejecitas muy monas y leáis este cuento a vuestros nietos diréis al terminarlo: ¡Pobre P. Coloma!… ¡Qué tonto era!… ¡Pero cuánto nos quería!.. Y rezaréis después un padrenuestro por mi alma.

Madrid, 2 Noviembre 1912.

Pelusa

Pues, señor, que era vez y vez de una vieja, más vieja que el modo de llover, más fea que pegarle a su padre y más mala que el pecado mortal, que se llamaba la vieja Paví. Pues vamos a que esta vieja Paví tenía consigo una niña de cinco a seis años, blanca y rubia como el angelito que juega a los pies de la Virgen con un manojito de flores.


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Dominio público
18 págs. / 32 minutos / 183 visitas.

Publicado el 11 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Pequeñeces

Luis Coloma


Novela


Al lector

Lector amigo: Si eres hombre corrido y poco asustadizo, conocedor de las miserias humanas y amante de la verdad, aunque esta amargue, éntrate sin miedo por las páginas de este libro; que no encontrarás en ellas nada que te sea desconocido o se te haga molesto. Mas si eres alma pía y asombradiza; si no has salido de esos limbos del entendimiento que engendra, no tanto la inocencia del corazón como la falta de experiencia; si la desnudez de la verdad te escandaliza o hiere tu amor propio su rudeza, detente entonces y no pases adelante sin escuchar primero lo que debo decirte. Porque témome mucho, lector amigo, que, de ser esto así y si no te mueven mis razones, te espera más de un sobresalto entre las páginas de este libro. Yo dejé correr en él la pluma con entera independencia, rechazando con horror, al trazar mi pintura, esa teoría perversa que ensancha el criterio de moralidad hasta desbordar las pasiones, ocultando de manera más o menos solapada la pérfida idea de hacer pasar por lícito todo lo que es agradable; mas confiésote de igual modo que, si no con espanto, con grave fastidio al menos, y hasta con cierta ira literaria, rechacé también aquel otro extremo contrario, propio de algunas conciencias timoratas que se empeñan en ver un peligro en dondequiera que aparece algo que deleita. Porque juzgo que, por sobra de valor, yerran los primeros, en no ver abismos donde puede haber flores; y tengo para mí que, por hartura de miedo, yerran también los segundos, en no concebir una flor sin que oculte detrás un precipicio.


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Dominio público
464 págs. / 13 horas, 32 minutos / 295 visitas.

Publicado el 12 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Ratón Pérez

Luis Coloma


Cuento infantil


Dedicatoria

Á Su Alterza Real el Serenísimo
Señor Príncipe de Asturias,
Don Alfonso de Borbón y Battenberg.

Señor:

Hace cerca de veinte años que escribí estas páginas para S. M. el Rey D. Alfonso XIII, vuestro augusto padre. Permitidme, Señor, que, al reimprimirlas hoy, las dedique á V. A., deseoso de que arraigue en vuestra alma, tan honda y fructuosamente como arraigó en vuestro padre, la sencilla y sublime idea de la verdadera fraternidad humana.

Que Dios bendiga á V. A. como de todo corazón lo pide diariamente, su affmo. en Cristo,

Luis Coloma, S. J.

Ratón Pérez

Sembrad en los niños la idea, aunque no la entiendan: los años se encargarán de descifrarla en su entendimiento y hacerla florecer en su corazón.

Entre la muerte del rey que rabió y el advenimiento al trono de la reina Mari-Castaña existe un largo y obscuro período en las crónicas, de que quedan pocas memorias. Consta, sin embargo, que floreció en aquella época un rey Buby I, grande amigo de los niños pobres y protector decidido de los ratones.

Fundó una fábrica de muñecos y caballos de cartón para los primeros, y sábese de cierto, que de esta fábrica procedían los tres caballitos cuatralbos, que regaló el rey D. Bermudo el Diácono á los niños de Hissén I, después de la batalla de Bureva.

Consta también que el rey Buby prohibió severamente el uso de ratoneras y dictó muy discretas leyes para encerrar en los límites de la defensa propia los instintos cazadores de los gatos: lo cual resulta probado, por los graves disturbios que hubo entre la reina doña Goto ó Gotona, viuda de D. Sancho Ordóñez, rey de Galicia, y la Merindad de Ribas de Sil, á causa de haberse querido aplicar en ésta las leyes del rey Buby al gato del Monasterio de Pombeyro, donde aquella Reina vivía retirada.


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Dominio público
12 págs. / 21 minutos / 341 visitas.

Publicado el 12 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Viaje a Nicaragua

Rubén Darío


Viajes


I

Tras quince años de ausencia, deseaba yo volver a ver mi tierra natal. Había en mí algo como una nostalgia del Trópico. Del paisaje, de las gentes, de las cosas conocidas en los años de la infancia y de la primera juventud. La catedral, la casa vieja de tejas arábigas en donde despertó mi razón y aprendí a leer; la tía abuela casi centenaria que aun vive; los amigos de la niñez que ha respetado la muerte, y tal cual linda y delicada novia, hoy frondosa y prolífica mamá por la obra fecundante del tiempo. Quince años de ausencia... Buenos Aires, Madrid, París, y tantas idas y venidas continentales. Pensé un buen día: iré a Nicaragua. Sentí en la memoria el sol tórrido y vi los altos volcanes, los lagos de agua azul en los antiguos cráteres, así vastas tazas demetéricas como llenas de cielo líquido.

Y salí de París hacia el país centroamericano, ardiente y pintoresco, habitado por gente brava y cordial, entre bosques lujuriantes y tupidos, en ciudades donde sonríen mujeres de amor y gracia, y donde la bandera del país es azul y blanca, como la de la República Argentina.

Me embarqué en un vapor francés, La Provence, en el puerto de Cherbourg, y llegué a Nueva York sin más incidente en la ruta que una enorme ola de que habló mucho la prensa. Según Luis Bonafoux, la caricia del mar iba para mí... Muchas gracias. Pasé por la metrópoli yanqui cuando estaba en pleno hervor una crisis financiera. Sentí el huracán de la Bolsa. Vi la omnipotencia del multimillonario y admiré la locura mammónica de la vasta capital del cheque.


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Dominio público
69 págs. / 2 horas / 231 visitas.

Publicado el 12 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

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