LA INTERPRETACIÓN DELOS SUEÑOS
SIGMUND FREUD
Flectere si nequeo superos, acheronta movebo1898-9 [1900]
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Publicado el 27 de febrero de 2024 por luchojazmin.
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El lunes 18 de agosto de 1572 se celebraba en el Louvre una gran fiesta.
Las ventanas de la gran residencia, habitualmente a oscuras, se hallaban profusamente iluminadas; las calles y las plazas contiguas, siempre solitarias en cuanto se oían las nueve campanadas en Saint—Germain d'Auxerre, estaban, aun siendo ya media noche, atestadas de gente. Aquella multitud apretujada, amenazadora y escandalosa parecía en la oscuridad de la noche un mar tenebroso y revuelto, cuyo ímpetu rompía en oleadas murmuradoras y cuyo caudal, desembocando por la calle de Fossés—Saint—Germain y por la de l'Astruce, fluía al pie de los muros del Louvre, batiendo con su reflujo las paredes del palacio de Borbón, que se elevaba enfrente.
A pesar de la fiesta real, o quizá debido a ella, la muchedumbre ofrecía un aspecto poco tranquilizador. El pueblo ignoraba que semejante solemnidad, en la que tan sólo tomaba parte como simple espectador, no era sino el preludio de otra, aplazada para ocho días después, a la que sí sería convidado y a la que asistiría sin recelo alguno.
Celebraba la corte las bodas de doña Margarita de Valois, hija del rey Enrique II y hermana del rey Carlos IX, con Enrique de Borbón, rey de Navarra. Aquella misma mañana, el cardenal de Borbón los había casado, sobre una tribuna erigida frente a la puerta de Nótre—Dame, siguiendo el ceremonial de rigor en las bodas de las princesas de Francia.
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Publicado el 16 de junio de 2016 por Edu Robsy.
Primera aparición de los hombres-mujeres, descendientes de aquellos habitantes de Sodoma que fueron perdonados por el fuego del cielo.
La mujer tendrá a Gomorra
y el hombre tendrá a Sodoma.
ALFREDO DE VIGNY
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Publicado el 6 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
Al sentir un roce en el cuello, Fernando de Ojeda soltó la pluma y levantó la cabeza. Una palmera enana movía detrás de él con balanceo repentino sus anchas manos de múltiples y puntiagudos dedos. Para evitarse este contacto avanzó el sillón de junco, pero no pudo seguir escribiendo. Algo nuevo había ocurrido en torno de él mientras con el pecho en el filo de la mesa y los ojos sobre los papeles huía lejos, muy lejos, acompañado en esta fuga ideal por el leve crujido de la pluma.
Vio con el mismo aspecto exterior cosas y personas al salir de su abstracción; pero una vida interna, ruidosa y móvil parecía haber nacido en las cosas hasta entonces inanimadas, mientras la vida ordinaria callaba y se encogía en las personas, como poseída de súbita timidez.
Sus ojos, fatigados por la escritura, huían de las ampollas eléctricas del techo, inflamadas en plena tarde, para reposarse en los rectángulos de las ventanas que encuadraban el azul grisáceo de un día de invierno. La blancura de la madera laqueada temblaba con cierto reflejo húmedo que parecía venir del exterior. Dos salones agrandados por la escasez de su altura eran el campo visual de Ojeda. En el primero, donde estaba él, mezclábase a la blancura uniforme de la decoración el verde charolado de las palmeras de invernáculo, el verde pictórico de los enrejados de madera tendidos de pilastra a pilastra y el verde amarillento y velludo de unas parras artificiales, cuyas hojas parecían retazos de terciopelo. Sillones de floreada cretona en torno de las mesas de bambú formaban islas, a las que se acogían grupos de personas para embadurnar con manteca y mermeladas el pan tostado, husmear el perfume del té o seguir el burbujeo de las aguas minerales teñidas de jarabes y licores.
Dominio público
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Publicado el 20 de abril de 2016 por Edu Robsy.
DONDE EL LECTOR TRABARÁ CONOCIMIENTO CON EL HÉROE DE ESTA HISTORIA Y CON EL PAÍS QUE LE VIO NACER
En la frontera de Picardía y del Soissons, en esa porción del territorio nacional, que bajo el nombre de Isla de Francia constituía una parte del antiguo patrimonio de nuestros reyes; en medio de la inmensa media luna que forma, prolongándose al norte y al mediodía, un bosque de cincuenta mil fanegadas, se eleva, perdida en la sombra de un grandioso parque plantado por Francisco I y Enrique II, la pequeña ciudad de Villers-Cotterets, célebre por haber dado nacimiento a Carlos Alberto Demoustier, el cual, en la época en que comienza esta historia, escribía sus Cartas a Emilio sobre la Mitología, con gran satisfacción de las lindas mujeres de la época, que se las disputaban a medida que veían la luz pública.
Añadamos, para completar la reputación poética de esa pequeña ciudad, a la que sus detractores se obstinan en dar el nombre de burgo, a pesar de su castillo real y de sus dos mil cuatrocientos habitantes, añadamos que está situada a dos leguas de Laferté-Milon, donde nació Racine, y a ocho de Cháteau-Thierry, donde nació La Fontaine.
Consignemos, además, que la madre del autor de Británico y de Atalia era de Villers-Cotterets.
Volvamos a su castillo real y a sus dos mil cuatrocientos habitantes.
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Publicado el 11 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
A fin de que puedas tener
claras imágenes ante tus alegres ojos
del generoso bosque bajo de la naturaleza
y de las flores que viven en la sombra. Y cuando
hablo de eso entre la grey que se ha desviado de su camino
o que ha caído, solamente serán separados
aquellos cuyo error o desliz necesite algo más
que indulgencia fraternal.
Wordsworth
Utilizando una sola gota de tinta a guisa de espejo, el mago egipcio se dispone a revelar, a cualquier cliente casual, lejanas visiones del pasado. Esto mismo es lo que me dispongo a hacer por ti, lector. Con esta gota de tinta en la punta de mi pluma, te mostraré el espacioso taller del señor Jonathan Burge, carpintero y constructor, en el pueblo de Hayslope, según aparecía el día 18 de junio del año de Nuestro Señor 1799.
El sol de la tarde daba calor a los cinco obreros que estaban ocupados en construir puertas y marcos de ventana, así como entablados. El olor de la madera de pino, procedente de un montón de tablones dispuestos en forma de tienda que había junto a la puerta abierta, se confundía con el aroma de los saúcos que extendían su nieve estival junto a la ventana abierta del lado opuesto; los inclinados rayos del sol atravesaban las virutas transparentes que surgían ante el laborioso cepillo, y hacían brillar el fino grano de un panel de roble apoyado contra la pared. En un montón de aquellas blandas virutas había hecho su agradable cama un perro pastor, de pelaje gris y rudo, que estaba tendido con el hocico entre las patas anteriores, frunciendo alguna vez las cejas al dirigir una mirada hacia el más alto de los cinco obreros, que tallaba un escudo en el centro de un panel de chimenea. A este obrero pertenecía la fuerte voz que dominaba los ruidos del cepillo y del martillo cantando:
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Publicado el 10 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.
El Floss se ensancha en una amplia llanura y entre riberas verdes se apresura hacia el mar, donde la amorosa marea corre a su encuentro y lo frena con un impetuoso abrazo. Esta poderosa corriente arrastra los barcos negros —cargados de aromáticas tablas de abeto, redondos sacos de semillas oleaginosas o del oscuro brillo del carbón— hacia la población de Saint Ogg's, que muestra sus viejos tejados rojos y acanalados y los amplios frontones de sus muelles, extendidos entre la baja colina boscosa y la orilla del río, y tiñe el agua con un suave matiz púrpura bajo los efímeros rayos del sol de febrero. A lo lejos, en ambas riberas se despliegan ricos pastos y franjas de tierra oscura, preparadas para la siembra de plantas latifoliadas o teñidas ya con las briznas del trigo sembrado en otoño. Del año anterior, quedan algunos vestigios de los dorados panales, amontonados aquí y allá tras los setos tachonados de árboles: los lejanos barcos parecen alzar los mástiles y tender las velas de color pardo hasta las ramas frondosas de los fresnos junto al pueblo de rojos tejados afluye en el Floss la viva corriente del Ripple. ¡Qué precioso es este riachuelo, con sus ondas oscuras y cambiantes! Mientras paseo por la orilla y escucho su voz queda y plácida, me parece un compañero vivo, como si fuera la voz de una persona sorda y querida. Recuerdo los grandes sauces sumergidos en el agua… y el puente de piedra…
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Publicado el 10 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.
HISTORIA DEL ADELANTADO HERNANDO DE SOTO, GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL DEL REINO DE LA FLORIDA, Y DE OTROS HEROICOS CABALLEROS ESPAÑOLES E INDIOS, ESCRITA POR EL INCA GARCILASO DE LA VEGA, CAPITÁN DE SU MAJESTAD, NATURAL DE LA GRAN CIUDAD DEL COZCO, CABEZA DE LOS REINOS Y PROVINCIAS DEL PERÚ
AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON TEODOSIO DE PORTUGAL, DUQUE DE BRAGANZA Y DE BARCELOS, ETC.
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Publicado el 16 de febrero de 2017 por Edu Robsy.
En Inglaterra todo es grande, inclusive lo que no es bueno, inclusive la oligarquía. El patriciado inglés es el patriciado en el sentido absoluto de la palabra. No hay feudalismo más ilustre, más terrible y más vivaz. Digamos que ese feudalismo fue útil en su época. Es en Inglaterra donde ese fenómeno, el Señorío, debe ser estudiado, así como es en Francia donde hay que estudiar el fenómeno llamado la Realeza.
El verdadero título de este libro sería La aristocracia. Otro libro, que seguirá, podrá titularse La monarquía. Y estos dos libros, si al autor le es posible terminar este trabajo, precederán y llevarán a otro que se titulará El Noventa y Tres.
Hauteville-House, 1869
Ursus y Homo estaban unidos por una amistad estrecha. Ursus era un hombre, y Homo era un lobo. Sus índoles concordaban. Era el hombre el que había bautizado al lobo. Probablemente también había elegido su propio nombre; como consideraba que el de Ursus era bueno para él, le pareció que el de Homo era bueno para el animal. La asociación de este hombre con este animal se beneficiaba con las ferias, las fiestas parroquiales, las esquinas de las calles en las que se agolpan los transeúntes y la necesidad que siente en todas partes el pueblo de escuchar pataratas y comprar drogas de charlatán. El lobo, dócil y graciosamente subalterno, agradaba a la multitud. Ver amansamientos es algo que complace. Nuestra satisfacción suprema consiste en contemplar cómo desfilan todas las variedades de la domesticación. Es lo que hace que acuda tanta gente a ver cómo desfilan los cortejos reales.
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Publicado el 23 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
Mi madrina vivía en una hermosa casa en el antiguo y cuidado pueblo de Bretton. La familia de su marido residía allí desde hacía generaciones y llevaba, de hecho, el nombre de su lugar natal: los Bretton de Bretton; desconozco si por coincidencia o porque algún remoto antepasado había sido un personaje lo bastante destacado para legar el apellido a su comunidad.
Cuando era pequeña, iba a Bretton un par de veces al año, y disfrutaba mucho con aquellas visitas. La casa y sus moradores me agradaban especialmente. Las habitaciones amplias y tranquilas, los muebles bien conservados, los grandes ventanales, el balcón que daba a una vieja calle, muy bonita, donde siempre parecía ser domingo o día festivo, tan apacible era su atmósfera, tan limpio su pavimento; todas esas cosas me encantaban.
Una niña en una casa llena de adultos suele ser objeto de mimos y atenciones, y yo los recibía, de una manera reposada, de la señora Bretton, que se había quedado viuda antes de que yo la conociera y tenía un hijo; su marido, médico, había muerto cuando era todavía una mujer joven y hermosa.
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622 págs. / 18 horas, 9 minutos / 177 visitas.
Publicado el 14 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.