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Agencia Thompson y Cía.

Julio Verne


Novela


I. AGUANTANDO EL CHAPARRÓN

Dejando vagar su mirada por los brumosos horizontes del ensueño, Roberto Morgand hacía más de cinco minutos que permanecía inmóvil frente a aquella larga pared completamente cubierta de anuncios y carteles, en una de las más tristes calles de Londres.

Llovía torrencialmente. El agua subía desde el arroyo e invadía la acera, minando la base del abstraído personaje cuya cabeza se hallaba asimismo gravemente amenazada.

La mano de éste, debido a su ensimismamiento, había dejado que el protector paraguas se deslizara con suavidad, y el agua de la lluvia caía directamente del sombrero al traje, convertido en esponja, antes de ir a confundirse con la que corría tumultuosamente por el arroyo.

No se daba cuenta Roberto Morgand de esta irregular disposición de las cosas, si tenía consciencia de la ducha helada que caía sobre sus hombros. En vano sus miradas se fijaban en las botas; tan grande era su preocupación, que no notaba cómo lentamente se transformaban en dos pequeños arrecifes, en los que rompían los húmedos embates del arroyo.

Toda su atención hallábase monopolizada por el misterioso trabajo a que entregábase su mano izquierda; sumergida en un bolsillo del pantalón, aquella mano agitada, sopesaba, dejaba y volvía a coger algunas monedas, que totalizaban un valor de 33 francos con 45 céntimos, tal como había podido asegurarse después de haberlas contado repetidas veces.


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405 págs. / 11 horas, 50 minutos / 625 visitas.

Publicado el 16 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Aguas Inquietas

Robert E. Howard


Cuento


Recuerdo como si fuera ayer aquella terrible noche en el Silver Slipper, a finales del otoño de 1845. Fuera el viento rugía en un gélido vendaval que traía granizo en su regazo, hasta repiquetear éste contra las ventanas como los nudillos de un esqueleto. Sentados alrededor del fuego en la taberna, podíamos oír por encima del ruido del viento y el granizo el tronar de relámpagos blancos que azotaban frenéticamente la agreste costa de Nueva Inglaterra. Los barcos amarrados en el puerto tenían echada doble ancla, y los capitanes buscaban el calor y la compañía que les ofrecían las tabernas de los muelles.

Aquella noche había en el Silver Slipper cuatro hombres, y yo, el friegaplatos. Estaba Ezra Harper, el tabernero; John Gower, capitán del Sea-Woman; Jonas Hopkins, abogado procedente de Salem; y el capitán Starkey del Vulture. Estos cuatro hombres estaban sentados frente a una mesa de roble delante de un gran fuego que crepitaba en la chimenea, mientras yo correteaba por la taberna atendiendo a los clientes, llenando jarras y calentando licores especiados.

El capitán Starkey estaba sentado de espaldas al fuego y miraba a la ventana contra la que golpeaba y repiqueteaba el granizo. Ezra Harper estaba sentado a su derecha, al final de la mesa. El capitán Gower estaba en el otro extremo, y el abogado, Jonas Hopkins, estaba sentado justo enfrente de Starkey, dando la espalda a la ventana y mirando el fuego.

—¡Más brandy! —bramó Starkey, golpeando la mesa con su enorme y nudoso puño. Era un tosco gigante de mediana edad, con una barba espesa y negra y ojos que brillaban por debajo de gruesas cejas negras.

—Una noche fría para los que navegan por el mar —comentó Ezra Harper.


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7 págs. / 13 minutos / 191 visitas.

Publicado el 12 de julio de 2018 por Edu Robsy.

Al Otro Lado de la Barrera del Sueño

H. P. Lovecraft


Cuento


«Entonces, el sueño se desplegó ante mí.»

Shakespeare
 

Con frecuencia me he preguntado si el común de los mortales se habrá parado alguna vez a considerar la enorme importancia de ciertos sueños, así como a pensar acerca del oscuro mundo al que pertenecen. Aunque la mayoría de nuestras visiones nocturnas resultan quizás poco más que débiles y fantásticos reflejos de nuestras experiencias de vigilia —a pesar de Freud y su pueril simbolismo—, existen no obstante algunos sueños cuyo carácter etéreo y no mundano no permite una interpretación ordinaria, y cuyos efectos vagamente excitantes e inquietantes sugieren posibles ojeadas fugaces a una esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, aunque separada de ésta por una barrera infranqueable. Mi experiencia no me permite dudar que el hombre, al perder su conciencia terrena, se ve de hecho albergado en otra vida incorpórea, de naturaleza distinta y alejada a la existencia que conocemos, y de la que sólo los recuerdos más leves y difusos se conservan tras el despertar. De estas memorias turbias y fragmentarias es mucho lo que podemos deducir, aun cuando probar bien poco. Podemos suponer que en la vida onírica, la materia y la vida, tal como se conocen tales cosas en la tierra, no resultan necesariamente constantes, y que el tiempo y el espacio no existen tal como lo entienden nuestros cuerpos de vigilia. A veces creo que esta vida menos material es nuestra existencia real, y que nuestra vana estancia sobre el globo terráqueo resulta en sí misma un fenómeno secundario o meramente virtual.


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14 págs. / 24 minutos / 4.267 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

Al Otro Lado de la Pared

Ambrose Bierce


Cuento


Hace muchos años, cuando iba de Hong Kong a Nueva York pasé una semana en San Francisco. Hacía mucho tiempo que no había estado en esa ciudad y durante todo aquel periodo mis negocios en Oriente habían prosperado más de lo que esperaba. Como era rico, podía permitirme volver a mi país para restablecer la amistad con los compañeros de juventud que aún vivían y me recordaban con afecto. El más importante para mí era Mohum Dampier, un antiguo amigo del colegio con quien había mantenido correspondencia irregular hasta que dejamos de escribirnos, cosa muy normal entre hombres. Es fácil darse cuenta de que la escasa disposición a redactar una sencilla carta de tono social está en razón del cuadrado de la distancia entre el destinatario y el remitente. Se trata, simple y llanamente, de una ley.

Recordaba a Dampier como un compañero, fuerte y bien parecido, con gustos semejantes a los míos, que odiaba trabajar y mostraba una señalada indiferencia hacia muchas de las cuestiones que suelen preocupar a la gente; entre ellas la riqueza, de la que, sin embargo, disponía por herencia en cantidad suficiente como para no echar nada en falta. En su familia, una de las más aristocráticas y conocidas del país, se consideraba un orgullo que ninguno de sus miembros se hubiera dedicado al comercio o a la política, o hubiera recibido distinción alguna. Mohum era un poco sentimental y su carácter supersticioso lo hacía inclinarse al estudio de temas relacionados con el ocultismo. Afortunadamente gozaba de una buena salud mental que lo protegía contra creencias extravagantes y peligrosas. Sus incursiones en el campo de lo sobrenatural se mantenían dentro de la región conocida y considerada como certeza.


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10 págs. / 18 minutos / 432 visitas.

Publicado el 26 de julio de 2016 por Edu Robsy.

Árbol Ejemplifical

Ramón Llull


Tratado, Filosofía, Religión


Este árbol está dividido en siete partes, a saber: raíces, tronco, ramas, ramos, hojas, flores, frutos; y cada una de estas partes se divide en catorce partes, como la primera parte, que es de las raíces del árbol elemental, vegetal, sensual, imaginal, humanal, moral, imperial, apostolical, celestial, angelical, eviternal, maternal, cristianal, divinal; y lo mismo de la segunda parte y de las demás. Y cada una de las siete partes está dividida en catorce partes para que podamos dar ejemplos de las naturas y maneras de los árboles según son sus raíces, troncos, ramas y las demás, y para que tengamos gran materia para dar ejemplos, siendo así que en los catorce árboles están todas las cosas explicadas e implicadas; y por los ejemplos que daremos puede el hombre tener doctrina para conocer los secretos naturales y sobrenaturales, y para predicar y para tener moralidades buenas y solaz y amistad de las gentes. Y más aún, que por ellos puede el hombre tener universal hábito para entender muchas cosas placenteras de entender y placenteras de oír.

Los ejemplos que nos proponemos dar queremos dividir en dos partes, a saber, en relatos y proverbios escogidos según las naturas de los árboles; y este proceso nos proponemos tener en este árbol. Y porque la materia es grande, según su grandeza no podremos proceder, porque por otras cosas estamos muy ocupados. Y también porque las gentes esquivan la prolijidad, y porque abreviadamente de este árbol queremos hablar; empero, según lo que diremos, doctrina daremos para que el hombre pueda llegar a encontrar nuevos proverbios y nuevos relatos, y extender su entendimiento por la gran materia de este Árbol.


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113 págs. / 3 horas, 18 minutos / 277 visitas.

Publicado el 8 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Asinaria

Plauto


Teatro, comedia


Personajes

LÍBANO, esclavo.
DEMÉNETO, viejo.
ARGIRIPO, joven, hijo de Deméneto.
CLEÉRETA, alcahueta.
LEÓNIDAS, esclavo.
MERCADER.
FILENIO, cortesana.
DIÁBOLO, joven.
GORRÓN.
ARTEMONA, matrona, mujer de Deméneto.

La acción transcurre en Atenas

Argumento

Un viejo que vive bajo la férula de su mujer, quiere ayudar económicamente a su hijo, que está enamorado, y da orden de que se le entregue al esclavo Leónidas el precio de unos asnos que debía recibir Sáurea. El hijo entrega el dinero a su amiga y se la cede por una noche al padre. Un rival, desesperado de ver que le han quitado a la mucha-cha, se lo hace saber todo por medio de un parásito a la mujer del viejo, que se presenta y se lleva al marido del burdel.

Prólogo

Distinguido público, un poco de atención, si sois tan amables y que todos salgamos con bien, vosotros, yo y nuestra compañía y sus directores y organizadores. ¡A ver, tú, pregonero, haz que el público sea todo oídos! (Después que ha mandado callar al público). Venga, ahora siéntate; pero no vayas a dejar de pedir tu salario por eso, ¿eh? Ahora os diré el motivo por el que he salido aquí a escena y qué es lo que pretendo: se trata simplemente de deciros el título de la comedia, porque por lo que toca al argumento, bien breve que es. Ahora os voy a decir lo que dije que quería deciros: esta comedia se llama en griego El arriero y su autor es Demófilo; Maco la ha traducido al latín y, con vuestro permiso, la quiere titular Asinaria; la pieza tiene gracia y chiste, es una comedia de risa. Ahora tened la amabilidad de prestarnos vuestra atención, y que el dios Marte os siga protegiendo como ya lo ha hecho en otras ocasiones.

Acto I

Escena I

Líbano, Deméneto


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43 págs. / 1 hora, 15 minutos / 374 visitas.

Publicado el 14 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Aulularia

Plauto


Teatro, comedia


Personajes

LAR FAMILIAR, prólogo.
EUCLIÓN, viejo.
ESTÁFILA, vieja esclava.
EUNOMIA, matrona, hermana de Megadoro, madre de Licónides.
MEGADORO, viejo.
ESTRÓBILO, esclavo.
CONGRIÓN, cocinero.
ÁNTRAX, cocinero.
PITÓDICO, esclavo.
LICÓNIDES, joven.
ESCLAVO DE LICÓNIDES.
FEDRIA, joven, hija de Euclión.
FLAUTISTAS.

La acción transcurre en Atenas

Argumento

Argumento I

Un viejo avaro, Euclión, que no se fía ni de sí mismo, encuentra enterrada en su casa una olla con un tesoro, y después de volverla a enterrar otra vez bien hondo, pierde la cabeza a fuerza de miedo y no se dedica más que a vigilarla. Su hija había sido violada por Licónides, pero el viejo Megadoro, inducido por su hermana a que se case, se la pide al avaro en matrimonio. El viejo, que es un hombre muy huraño, se la concede a duras penas y, temiendo por su olla, la saca de casa y la esconde en diversos lugares. Un esclavo del Licónides que había violado a la muchacha, le tiende una emboscada. Licónides suplica a su tío Megadoro que le ceda como esposa a su amada. Euclión es engañado y pierde la olla, pero después de que contra toda esperanza la vuelve a encontrar, lleno de satisfacción, casa a su hija con Licónides.

Argumento II

Euclión encuentra una olla llena de oro y la guarda conun empeño sin igual y sin poder encontrar reposo. Lcónides viola a su hija. Megadoro quiere casarse con ella sin dote, y para que Euclión consienta con más gusto, le manda unos cocineros con provisiones para una cena. Euclión teme por el oro y lo esconde fuera de casa. Un esclavo de Licónides le observa y se lo roba, pero Licónides se lo devuelve a Euclión, que le entrega el oro, una esposa y su hijo.

Prólogo

El Dios Lar


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36 págs. / 1 hora, 3 minutos / 552 visitas.

Publicado el 14 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Aventuras de Tres Rusos y Tres Ingleses

Julio Verne


Novela


Capítulo I

Dos hombres observaban con suma atención las aguas del río Orange. Tendidos a la sombra de un sauce llorón, conversaban animadamente. Era el 27 de enero de 1854.

En el lugar donde se encontraban nuestros hombres, el Orange se acercaba a las montañas del Duque de York, ofreciendo un espectáculo sublime que quedaba encuadrado en el horizonte por los montes Gariepinos.

Famoso por la transparencia de sus aguas y la belleza de sus orillas, el Orange puede rivalizar con las tres grandes arterias africanas: el Nilo, el Níger y el Zambeze, y se caracteriza por sus crecidas, rápidos y cataratas. Allí mismo, en la zona descrita, las aguas del río se precipitaban desde una altura de ciento veinte metros, formando una cortina de hilos de líquido que desembocaban en un torbellino de aguas tumultuosas, coronadas por una espesa nube de húmedos vapores. De aquel abismo se elevaba un estruendo que aturdía, agudizado por los ecos de la llanura en calma.

Estas bellezas naturales atraían la atención de uno de nuestros hombres, mientras que el otro viajero permanecía indiferente a los fenómenos que se ofrecían a su vista.

El viajero indiferente era un cazador bushman, excelente representante de una raza valiente que vive en los bosques entregada al nomadismo. De ahí su nombre, bushman, que significa «hombre de los matorrales».

El bushman pasa la vida errando en la región comprendida entre el río Orange y las montañas del Este, saqueando los campos de cultivo y destruyendo las cosechas de los colonos, en venganza por haberle arrojado hacia las áridas comarcas del interior.

Nuestro bushman tenía alrededor de cuarenta años y era de elevada estatura y fuerte musculatura. Que se trataba de un individuo enérgico quedaba demostrado por la soltura y libertad de movimientos de su ágil y esbelto cuerpo.


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124 págs. / 3 horas, 38 minutos / 256 visitas.

Publicado el 19 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Ayer y Mañana

Julio Verne


Cuento


AVENTURAS DE LA FAMILIA RATÓN

Cuento de hadas

I

Había una vez una familia de ratas, compuesta por el padre Ratón, la madre Ratona, su hija Ratina, y su primo Raté; sus criados eran el cocinero Rata y su buena mujer Ratana. Ahora bien, niños míos queridos, acaeciéndoles tan extraordinarias aventuras a estos estimables roedores, que no puedo resistir el deseo de contároslas.

Pasaba esto en el tiempo de las hadas y de los encantadores, en el tiempo asimismo en que las bestias hablaban; de esa época es, sin duda, de la que data la frase «decir bestialidades». Y, sin embargo, esas bestias no han dicho ni dicen más bestialidades que las que dicen y han dicho los hombres de hoy y los hombres de antaño.

Escuchad, pues, mis queridos niños; voy a dar principio.

II

En una de las más hermosas ciudades de aquel tiempo y en la más hermosa casa de la ciudad residía una buena hada que se llamaba Firmenta; hacía todo el bien que un hada puede hacer, y era muy amada.

Según parece, en aquella época todos los seres vivos estaban sometidos a las leyes de la metempsicosis; no os asustéis de esta palabreja, que no significa otra cosa sino que había una escala en la creación cuyos escalones debía franquear cada uno de los seres para poder llegar hasta el último, y tomar puesto en las filas de la humanidad; así que de esta suerte se nacía molusco, se convertía uno en pez, en pájaro luego, en cuadrúpedo después y, por fin, en hombre o mujer.

Como veis, era preciso ascender del estado más rudimentario al estado más perfecto; podía, con todo, suceder que se volviese a bajar la escala merced a la maligna influencia de algún encantador; y en tal caso, ¡qué triste existencia! ¡Figuraos: haber sido hombre y convertirse luego en ostra! Por fortuna, esto no se ve ya en nuestros días, físicamente al menos.


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196 págs. / 5 horas, 43 minutos / 400 visitas.

Publicado el 16 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Beowulf

Anónimo


Poema épico


¡Oh, atended! Hemos oído recitar la gloria de los reyes de los
daneses de las lanzas en los días de antaño, y cómo estos prínci-
pes llevaron a cabo hazañas de valor. Aquel que fuera encontra-
do triste y abandonado, Scyld Scefing, expulsó a las numerosas
huestes enemigas de los bancos en los que bebían su hidromiel,
infundiendo miedo entre los hombres. Vivió para conocer tal
alegría, creciendo poderoso bajo el cielo y prosperando en ho-
nor, hasta que todo a su alrededor, más allá del mar donde
cabalga la ballena, hubo de prestarle oídos y rendirle pleitesía
—¡fue un buen rey!

Después, le nació un heredero, un niño para su corte, en-
viado por Dios para alivio del pueblo, al ver la cruda nece-
sidad que padeció durante tanto tiempo por la ausencia de
un príncipe. Por ello, el Señor de la Vida, que gobierna en
la gloria, le otorgó honores entre los hombres: afamado fue
Beow, y la gloria del heredero de Scyld en Escania se extendió
lejos y por todas partes. Así es cómo un joven hace posible,
mediante buenas acciones y regalos generosos, mientras vive
al amparo de su padre, que al llegar su momento se le unan
los leales caballeros de su tabla, y las gentes lo apoyen cuando
venga la guerra. En cualquier pueblo, son las dignas acciones
las que ennoblecen a un hombre.


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90 págs. / 2 horas, 37 minutos / 1.044 visitas.

Publicado el 18 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

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