Textos | pág. 183

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El Ingenuo

Voltaire


Novela corta


Historia verdadera, sacada de los manuscritos del P. Quesnel.

Capítulo I

Que cuenta cómo el prior de Nuestra Señora de la Montaña y su hermana encontraron á un hurón


Una vez San Dunstan, de nación irlandés, y de oficio santo, se partió de Irlanda en una montaña, la cual aportó nadando á las playas de Francia, y en este navío de nueva invención llegó á la bahía de San Malo. Así que desembarcó dió su bendición á la montaña; hízole esta una profunda reverencia, y se volvió á Inglaterra por el camino mismo por donde había venido. El bienaventurado Dunstan fundó un priorato en el país, y le apellidó priorato de la Montaña, nombre que hoy dia conserva, como sabemos todos.

El año de 1689, el dia 15 de Julio por la tarde se iba paseando y tomando el fresco por la ribera del mar en compañía de su hermana doña Ambrosia de Kerkabon, el abate de Kerkabon, prior de Nuestra Señora de la Montaña. El prior era hombre entrado ya en dias, y muy digno eclesiástico, querido de sus vecinos, habiéndolo sido cuando mozo de sus vecinas; pero lo que más le hacía estimar de todos, era que él sólo, entre todos los beneficiados del país, se iba por sus piés á la cama cuando cenaba con sus colegas. Sabía razonablemente la teología; y cuando estaba cansado de leer á San Agustín, se divertía con algún entremés: de suerte que todo el mundo hablaba muy bien de el.

Doña Ambrosia de Kerkabon, que nunca había sido casada, puesto que había tenido fuertes ganas, conservaba su lozanía á los cuarenta y cinco años; era de buena índole y compasiva, aficionada á divertirse y devota.


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Publicado el 7 de junio de 2021 por Edu Robsy.

Juanico y Perico

Voltaire


Cuento


Muchos sujetos fidedignos conocieron á Juanico y Perico en la escuela de Isoire en Alvernia, pueblo ilustre en todo el universo por su colegio y sus calderos. Era Juanico hijo de un traficante en machos muy afamado, y Perico debía la existencia á un buen labrador de las inmediaciones, que cultivaba la tierra con cuatro muías, y que, cuando había pagado el diezmo, la primicia, los pechos, el encabezamiento, no se quedaba muy sobrado en dinero para llegar hasta el fin del año.

Para ser alverñeses, Juanico y Perico eran muy bonitos muchachos, y se querían mucho uno á otro, teniendo siempre entre ellos ciertas confianzas de que se acuerdan los camaradas de la escuela con gusto cuando se ven luego en siendo grandes.

Ya estaban para salir de la escuela de escribir, cuando un dia trajo un sastre á Juanico un vestido de terciopelo con una chupa de raso á la última moda, acompañado todo con una carta del señor de los Juanetes. Perico alabó mucho el vestido, sin tener envidia; pero Juanico la empezó á echar de gran señor, cosa que afligió mucho á Perico. Juanico desde este dia no volvió á mirar el libro; pero se miraba mucho al espejo y no hacía aprecio de nadie. Poco después llegó en posta unayuda de cámara, trayendo otra carta para el señor marques de los Juanetes, que era una orden de su señor padre para que sin más tardanza fuera el señorito, su hijo, á Paris. Subió Juanico en su coche, alargando la mano á Perico, sonriéndose á guisa de protector y con mucha dignidad. Conoció Perico su miseria y echó á llorar, Juanico se partió con toda la pompa de su altanería.


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10 págs. / 17 minutos / 118 visitas.

Publicado el 7 de junio de 2021 por Edu Robsy.

La Casa de Shakespeare

Benito Pérez Galdós


Viajes


I

¿Por dónde voy a Stratford? La estación de Birmingham


Siempre que visité a Inglaterra tuve deseos vivísimos de hacer una excursión a Stratford-on-Avon, patria de Shakespeare. Unas veces por falta de tiempo, otras por distintas causas, ello es que no pude realizar mi deseo hasta el pasado año. Por fin, en Semptiembre último pisé el suelo, que no vacilo en llamar sagrado, donde están la cuna y sepulcro del gran poeta. Desde luego afirmo que no hay en Europa sitio alguno de peregrinación que ofrezca mayor interés ni que produzca emociones tan hondas, contribuyendo a ello, no sólo la grandeza literaria del personaje a cuya memoria se rinde culto, sino también la belleza y poesía incomparables de la localidad.

Si en Inglaterra Stratford es un lugar de peregrinación muy visitado, pocos son los viajeros del continente que se corren hacia allá. En los voluminosos libros donde firman los visitantes, he visto que ses y norte-americanos; contadísimos los de franceses e italianos, y españoles no vi ninguno. Creo que soy de los pocos, si no el único español, que ha visitado aquella Jerusalem literaria, y no ocultaré que de ello me siento orgulloso rindiendo este homenaje al gran dramaturgo, cuyas creaciones pertenecen al mundo entero y al patrimonio artístico de la humanidad.

Y no crean mis lectores que ir a Stratford es obra tan fácil, aún hallándose en Inglaterra. La superabundancia de comunicaciones viene a producir el mismo efecto que la falta de ellas.


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15 págs. / 27 minutos / 163 visitas.

Publicado el 3 de junio de 2021 por Edu Robsy.

De Vuelta de Italia

Benito Pérez Galdós


Viajes


I. La Nación italiana

Santander, Octubre 30 de 1888.


Hace quince días próximamente me encontraba en Roma presenciando los preparativos de las fiestas con que la capital intangible y sagrada de la moderna Italia ha celebrado la visita del Emperador de Alemania Guillermo II. Puedo dar fe, aunque no vi la entrada del Emperador en Roma, del sincero entusiasmo con que los italianos se disponían a recibir al aliado de Humberto. La opinión en todo el reino y principalmente en su grandiosa capital, era tan unánime, que no hay posibilidad de tergiversarla. Los que dirigen la política italiana han tenido el acierto de hacer popular la triple alianza. El partido antigermánico o no existe o está reducido a exiguas proporciones. Consideran los italianos la triple alianza como garantía firmísima de su recién conquistada unidad, y ven en la visita del soberano más poderoso de Europa como una solemne consagración de aquel mismo principio.

Quien no conozca a Roma no puede formarse idea del magnífico escenario que aquella ciudad ofrece para toda clase de fiestas. Ninguna capital de Europa contiene tantos y tan hermosos monumentos. Aparte de los recuerdos que embellecen e idealizan todos los sitios, predisponiendo en la mente a engrandecer cuanto ven los ojos, Roma es la decoración más admirable que puede concebirse. Sus doscientas iglesias, sus innumerables palacios, sus imponentes ruinas ofrecen un fondo sin igual para dar lucimiento a las multitudes. Cualquier solemnidad religiosa o cívica tiene allí un brillo extraordinario.

La arquitectura grandiosa da a la ciudad el carácter de imperial residencia, y no es necesario engalanarla para que los huéspedes regios aparezcan allí como en su morada propia.


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Publicado el 3 de junio de 2021 por Edu Robsy.

Portugal

Benito Pérez Galdós


Viajes


I

Lisboa, Mayo 28 de 1885


De algún tiempo a esta parte es cosa corriente entre nosotros él interesarnos por todo lo que a Portugal se refiere. Nos espantamos de la escasez de relaciones que entre este reino y el nuestro existen, y no acertamos a comprender esta inmensa distancia moral, intelectual y mercantil que nos separa. Vivimos en un mismo suelo y bajo un mismo clima; nuestros ríos son sus ríos; nuestras lenguas son semejantes, y sin embargo entre Portugal y España hay una barrera infranqueable.

Durante siglos, Portugal ha sido tan desconocido para los españoles como España para los portugueses. Hemos sido dos vecinos de una misma casa, separados por un tabique, y bastante huraños ambos para no cambiar una visita ni siquiera un saludo.

Ofendería la ilustración de mis lectores si esplicara las causas de este fenómeno. Bien conocidas son de cuantos han nacido en esta península o proceden de nuestra raza. No se da un paso en la historia de España sin tropezar con la de Portugal y su altiva independencia. Pero debemos declarar que habiendo cesado los motivos históricos que pudieran fomentar rivalidades entre ambos paises, la frialdad de relaciones que aún subsiste, tiene más raices en el carácter portugués que en el español, quiero decir, que aun hoy los portugueses nos quieren a nosotros menos que nosotros a ellos, y responden siempre con ecos perezosos y poco entusiastas a nuestras manifestaciones de simpatía.

Consiste esto tal vez en que su susceptibilidad nacional es más enérgica a causa de ser más débiles como nación, sin que esto quiera decir que nos las echamos de fuertes. Desde que se construyó el primer ferrocarril internacional en nuestra península, hombres eminentes de uno y otro pais han trabajado de buena fe por vencer antipatías, estrechar las distancias y aproximar moralmente las dos naciones.


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Publicado el 3 de junio de 2021 por Edu Robsy.

Una Tragedia

Miguel de Unamuno


Cuento


Recordáis, los que hayáis leído las Memorias de Goethe, aquel profesor Plessing de que nos habla el autor del Werther? Fue un joven misántropo y preocupado que quiso ponerse en relaciones con él; que le dirigió, como a un director laico de conciencia, unas largas cartas, a que él no respondió; que se quejaba de esto y que al fin se puso al habla con él, sin lograr interesarle en sus fantásticas cuitas. Pues vamos a contaros una historia algo parecida a la de Plessing, pero que acaba en tragedia.

Era un escritor, llamémosle Ibarrondo, que ejercía grande influencia sobre su pueblo con sus escritos y a quien oían con atención, y algunos con recogimiento, muchos de los jóvenes de su país y aun de otros países. Y eran no pocos los que se imaginaban que Ibarrondo estaba para atender privadamente a lo que ellos le preguntaran y a que les dijese—por carta y a su nombre—lo que estaba diciendo arreo al público todo. Hasta hubo quien le preguntó qué es lo que debía leer, sin más que este indicio: «Soy un joven de dieciocho años hambriento de cultura.» Y lo que más le atosigaba a Ibarrondo era la gran porción de locos, chiflados, ensimismados y hasta mentecatos que le iban con sus locuras, chifladuras, ensimismaduras y mentecatadas.

Era un joven, llamémosle Pérez, de esos que creen ingenuamente que se les ha ocurrido lo que habían leído y que toman por ideas originales las reminiscencias de lecturas y que se imaginan que van a romper moldes viejos cuando se disponen a hacerlo con otros más viejos todavía.


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3 págs. / 5 minutos / 77 visitas.

Publicado el 22 de mayo de 2021 por Edu Robsy.

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