Este ebook gratuito del libro de Tito Livio «Historia de Roma desde su Fundación» en formato PDF se puede leer desde cualquier dispositivo: ordenadores, tablets y smartphones. PDF es el formato idóneo para leer desde el ordenador y para imprimir el texto en papel. Para leer en dispositivos con pantallas más pequeñas, se recomienda descargar el texto en alguno de los otros formatos disponibles.
Este texto está etiquetado como Historia.
Historia.
2.675 págs. / 3 días, 6 horas, 1 minuto / 4 MB.
27 de octubre de 2017.
[1,6] En el comienzo de la contienda, Numitor gritó que un enemigo había entrado en la ciudad y estaba atacando el palacio, para distraer a la soldadesca Albana a la ciudadela, para defenderles [a los atacantes. — N. del T.]. Cuando vio a los jóvenes que venían a felicitarle después del asesinato, convocó un consejo de su pueblo y explicó la infame conducta de su hermano hacia él, la historia de sus nietos, sus padres y su crianza y cómo él los reconoció. Luego procedió a informarles de la muerte del tirano y su responsabilidad en ella. Los jóvenes marcharon en formación por mitad de la asamblea y saludaron a su abuelo como rey; su acción fue aprobada por toda la población, que con una sola voz ratificaron el título y la soberanía del rey. Después de que el gobierno de Alba fuera así transferido a Numitor, Rómulo y Remo fueron poseidos del deseo de construir una ciudad en el lugar donde habían sido abandonados. A la población sobrante de los Albanos y los pueblos latinos se unieron los pastores: Fue natural esperar que con todos ellos, Alba y Lavinio serían más pequeñas en comparación con la ciudad que se iba a fundar. Estas buenas espectativas fueron desechas por anticipaciones agradable fueron perturbados por la maldición ancestral (la ambición) que condujo a una lamentable disputa sobre lo que al principio era un asunto trivial. Como eran gemelos y ninguno podía pretender tener prioridad basada en la edad, decidieron consultar a las deidades tutelares del lugar para que por medio de un augurio decidieran quién daría su nombre a la nueva ciudad y quién habría de regirla después de haber sido fundada. Rómulo, en consecuencia, seleccionó el Palatino como su lugar de observación, Remo el Aventino.
Descarga no permitida
Este texto podría estar protegido por derechos de autor.