Descargar ePub «Los Oídos del Conde de Chesterfield y el Capellán Gudman», de Voltaire

Cuento


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  Cuento.
19 págs. / 34 minutos / 176 KB.
7 de junio de 2021.


Fragmento de Los Oídos del Conde de Chesterfield y el Capellán Gudman


SIDRAC:

Sí, pero yo no me entendería. Bien veo y bien sé que me ha dado Dios la facultad de pensar y hablar; pero ni veo ni sé que me haya dado Dios un sér que se llame alma.


GUDMAN:

Verdad es que cuando lo medito, conozco que yo tampoco lo sé, y que muchos años he tenido la osadía de creer que lo sabía. He notado que los pueblos orientales llamaban alma una cosa que quería decir la vida: á ejemplo de ellos, los latinos entendieron primero por ánima la vida del animal; los griegos entendían por alma la respiración, y como la respiración es un soplo, vertieron los latinos la voz soplo por spir-íns, y de aquí viene la voz que corresponde á espíritu en casi todas las naciones modernas. Como nunca ha visto nadie ese soplo ó espíritu, le han convertido en un sér que no puede nadie ni ver ni palpar, y han dicho que residía en nuestro cuerpo sin ocupar lugar, que movía nuestros órganos sin tocarlos: ¿y qué cosas no han dicho? A mí me parece que en esta parte van fundados nuestros raciocinios en equívocos, y veo que advirtió el cuerdo Lockc el cáos en que habían metido á la razón humana estos equívocos de todos los idiomas: así en el único libro de buena metafísica que hay escrito, capítulo ninguno trata del alma; y si por casualidad escribe esta voz en algunos parajes, nunca en su obra quiere decir otra cosa que la inteligencia. Efectivamente, bien advierte cada uno que tiene inteligencia, que recibe ideas, que las reúne y las descompone; pero nadie advierte que haya dentro de el otro ser que le infunda el movimiento, las sensaciones y los pensamientos. De verdad es cosa ridicula decir palabras que uno no entiende, y admitir séres de que no puede formarse ni la más remota idea.


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