Ivanhoe

Walter Scott


Novela



I

Así hablaban, mientras al atardecer los bien criados
cerdos regresaban a su hogar, con estrepitosos ruidos y
más desagradables gruñidos.

ALEXANDER POPE (traducción de La Odisea), HOMERO: Odisea, XIV.

En la bella comarca de la alegre Inglaterra regada por las aguas del río Don, había antiguamente un dilatado bosque que se extendía por la mayor parte de los hermosos valles y colinas que medían entre Sheffield y la placentera ciudad de Doncaster. Aún pueden verse los restos de lo que antaño fue un espeso bosque en los dominios de Wentwolth, en el parque de Wharncliffe y en los alrededores de Rotherham. En esa zona realizaba sus correrías, alimentándose de sangre, el dragón de Wantley; allí se libraron muchas de las desesperadas batallas en tiempos de la Guerra Civil de las Rosas; allí, en fin, se hicieron famosas por su intrepidez las cuadrillas de galantes bandoleros, cuyos hechos ha popularizado el cancionero inglés.

Partiendo de semejante escenario, la fecha de nuestro relato se remonta a los últimos años del reinado de Ricardo I, cuando sus afligidos vasallos tenían más deseos que esperanzas de su regreso a Inglaterra. Largo resultaba el cautiverio del rey, y sus fieles vasallos se veían sometidos a una férrea opresión. Los nobles, cuyo poder se había acrecentado de forma extraordinaria durante el reinado de Esteban, y a los cuales la prudencia de Enrique II había impuesto cierta sumisión, recobraron y aumentaron después su predominio; y no satisfechos con menospreciar la autoridad cada vez más debilitada del Consejo de Estado inglés, se preocupaban solamente de fortificar sus castillos y ensanchar sus dominios aumentando el número de sus súbditos. Sometían a vasallaje a sus vecinos y consolidaban su poder por cuantos medios estaban a su alcance, con el fin de hacerse lo suficiente fuertes para intervenir en los al parecer inminentes disturbios internos.

Fin del extracto del texto

Publicado el 12 de diciembre de 2016 por Edu Robsy.
Leído 174 veces.