La Inquilina de Wildfell Hall
Anne Brontë
Novela
PREFACIO
Si bien reconozco que el éxito de la presente obra ha sido mayor que el que yo esperaba y que las alabanzas que ha arrancado a unos pocos críticos benevolentes han sido superiores a sus méritos, también debo admitir que desde otros ámbitos ha sido criticada con una aspereza para la que tampoco estaba preparada y que tanto mi juicio como mis sentimientos me aseguran que es más amarga que justa. Apenas está en las manos de un autor el refutar los argumentos de sus censores y justificar sus propias producciones, pero espero que se me permita aquí hacer algunas observaciones con las que habría prolongado la primera edición si hubiera previsto la necesidad de semejantes precauciones frente a los malentendidos creados por aquellos que habrían de leerla con una mente llena de prejuicios o de contentarse con juzgarla después de una rápida ojeada.
Mi objetivo al escribir las páginas que siguen no fue simplemente entretener al Lector, ni tampoco proporcionarme un placer, y menos aún congraciarme con la Prensa y el Público. Deseaba decir la verdad, porque la verdad siempre comunica su propia moral a aquellos que son capaces de aceptarla. Pero como con demasiada frecuencia el tesoro inapreciable se esconde en el fondo del pozo, se necesita valor para bucear en su búsqueda, sobre todo porque el que lo hace atraerá sobre sí probablemente más desprecio e inquina por el fango y el agua en los que se ha atrevido a sumergirse, que agradecimiento por la joya que encuentre; de la misma manera que quien asume la tarea de limpiar el apartamento de un soltero descuidado recibirá más insultos por el polvo que levante que elogios por la limpieza que realice. No se piense, sin embargo, que me considero competente para enmendar los errores y abusos de la sociedad, sino sólo humildemente deseosa de hacer mi pequeña contribución a tan noble empresa, y si pudiera de alguna manera...
548 págs. / 16 horas / 93 visitas.
Publicado el 14 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.